1 diciembre 2024
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Practicar la Atención Plena: Guía para crear un espacio para ti

Practicar la Atención Plena: Guía para crear un espacio para ti

Mientras contemplas el mundo, yendo y viniendo de pensamiento en pensamiento, estás durmiendo.
Tu vida es un sueño que observas, a veces con los ojos abiertos y a veces con los ojos cerrados.
Tú mismo eres un sueño.
Aún no estás despierto.
Quizá sea el momento de practicar la atención plena…

Sin embargo, en algún lugar de tu interior hay un silencio.
En este silencio está la conciencia.
La conciencia está despierta.
La conciencia está viva.
Este silencio no puede imponerse desde el exterior.
Crece desde lo más profundo de ti como una planta, y siempre ha estado ahí.
En este silencio está toda la verdad de lo que eres.

Cuando tus pensamientos parlotean como los pájaros de la mañana, desordenan y oscurecen ese Ser esencial que es tu verdadero yo.
Este verdadero ser es simplemente consciencia.
Observa.
Es un testigo silencioso y omnisciente de tu vida.
No juzga ni interfiere, sólo observa.
Por tanto, para despertarte a la consciencia, tú también debes observar.
Debes ser consciente y, al hacerlo, crearás un espacio para ti.

Sigue leyendo para aprender a practicar la atención plena física…

Atención Plena Física

La mayoría de nosotros comemos sin saborear, escuchamos sin oír y hablamos sin darnos cuenta de lo que decimos.
No importa dónde estemos, al alcance de la mano hay todo un universo de complejidad ante el que maravillarse, y sin embargo ni siquiera nos damos cuenta de que está ahí.
Si empiezas a prestar atención, cada bocado de comida tiene una riqueza de sabor.
Cada entorno es abundante en bellos colores y texturas.
Cada momento está lleno de detalles que observar, reconocer y apreciar.
Cada momento es infinitamente complejo si te detienes y eres testigo de todos los elementos que intervienen.
Un mar de estrellas se cierne justo detrás del velo del cielo en todo momento, desapercibido, y sin embargo sólo tienes que mirar hacia arriba para verlo.
Cuando te muevas por tu entorno físico, practica la toma de conciencia.
Al agacharte para coger un objeto, nota las sensaciones de tu cuerpo.
Al salir a la calle, nota el viento en tu mejilla.
Al realizar tareas sencillas, como fregar los platos, practica estar totalmente presente en cada sensación.
A medida que te vuelvas más y más consciente, tu precipitación cesará.
Dejarás de apresurarte innecesariamente y llevarás la conciencia a las partes de tu mente que se han atrofiado y entumecido.
A medida que te vuelvas más vigilante, la luz de la claridad empezará a crecer en ti.
Toda la energía que se ha malgastado en pensamientos parlanchines y antojos impulsivos se dirigirá, en cambio, a agudizar tu atención alerta, como la de un halcón.
A medida que seas más consciente de tu cuerpo y de sus movimientos, las actividades innecesarias y contraproducentes desaparecerán.
Tu cuerpo se relajará, tus sentidos se volverán más sensibles y permanecerás más profundamente equilibrado en las vicisitudes de la vida.
Dejarás de inquietarte, de pasearte en círculos y de derrochar tu energía en formas que desperdician tu potencial.
Muy pronto, tu mente será simplemente un estanque de conciencia pura.
Esta conciencia pura existía antes de que nacieras, y simplemente entró en tu cuerpo para utilizarla como vehículo de experiencia.
Esta conciencia pura es como un par de ojos con una mirada constante que se cierne sobre las profundidades de tu ser.
Un día tu cuerpo físico morirá, pero esta conciencia pura vive para siempre como parte de un todo cósmico.
Incluso entonces estará observando, despierta, consciente.
Lee más sobre la atención plena:

Sigue leyendo para aprender a practicar la atención plena mental…

Atención Mental

La siguiente fase de la atención plena consiste en tomar conciencia de los movimientos de la mente.
Puede que te sorprendas cuando empieces a observar el constante revoloteo de tus pensamientos.
Puede que te sorprenda descubrir con qué frecuencia se desvía tu atención, y aún más que te sorprenda en qué se posa tu atención.
A modo de experimento, tómate quince minutos para ti solo, y escribe exactamente lo que pasa por tu mente en ese momento.
No elijas conscientemente un tema, ni lo interpretes, edites o cambies.
Simplemente escribe la verdad de lo que está pasando entre las paredes de tu mente, ¡aunque luego tengas que romperlo y tirarlo al fuego!
Después de diez minutos, lee lo que has escrito.
Esto te dará una gran visión del contenido de las corrientes que corren como una corriente subterránea en tu vida cotidiana.
¿Con qué frecuencia estás en el trabajo o conduciendo o pasando tiempo con tu familia con la mente en otro lugar completamente distinto?
Puede que pienses que tu atención errante no tiene ningún efecto sobre lo que hace tu cuerpo, pero tiene un efecto muy grande y nefasto.
Estos sucesos inconscientes no sólo afectan a los resultados del trabajo que haces, sino a toda tu percepción y experiencia de la vida misma.
El mundo físico no es tan real como crees.
Sólo la conciencia de tu mente es real.
Por tanto, si no estás en el momento presente, eres como un sonámbulo o un intoxicado.
No estás viendo realmente, sólo estás dando tumbos y reaccionando de forma aleatoria y fortuita.
Cuando te sorprendas cayendo en el «piloto automático», simplemente reconoce lo que ha ocurrido y vuelve al presente.
No te juzgues cuando esto ocurra, sino afirma el beneficio de la conciencia de tus patrones de pensamiento tal como son en realidad.
Ser consciente de la verdad tal como es en este momento actual significa que estás en el camino de estar más despierto.
Todo tu poder reside en tu capacidad de ser plenamente consciente.
Una vez despierto, la realidad se vuelve cada vez más real, y tú mismo te vuelves más real dentro de ella.
¿Quieres más?

Sigue leyendo para aprender a practicar la atención plena temporal…

Atención Plena Temporal

La mayoría de nosotros nos pasamos la vida viviendo en el presente y en el futuro, mientras abandonamos por completo el presente.
Nos pasamos el día planeando, tramando y preocupándonos por lo que vendrá, y por la noche nos dormimos pensando en lo que ya ha pasado.
Tanto el pasado como el futuro son sólo productos de nuestra imaginación que no existen realmente.
El pasado sólo se mantiene vivo si le prestamos atención.
Si retiraras tu atención de las cosas que te enfadan o molestan, dejarían de ser reales.
Muchos de nosotros nos obsesionamos con nuestros agravios, viviendo y reviviendo la injusticia cada día, pero sólo nuestra atención y fijación son reales, mientras que el acontecimiento no lo es.
El futuro funciona según su propio plan y no puede predecirse ni alterarse con exactitud.
Puedes pasarte semanas, meses o años viviendo en un futuro que estás anticipando, sólo para que en su lugar ocurra algo completamente distinto.
¿Qué hiciste entonces durante todo ese tiempo?
La majestuosidad del presente estaba ahí sentada para ti y la dejaste pasar, viviendo en cambio en un mundo que nunca fue.
Cada vez que te sorprendas viviendo en el pasado o en el futuro, no te juzgues.
Simplemente vuelve al presente.
Tu atención vagará una y otra y otra vez, porque has vivido toda tu vida entrenando a tu mente para funcionar de este modo.
Cuanto más practiques continuamente volver a dirigir tu atención al presente una y otra vez, más fuerte se hará el músculo de tu mente.
Tu mente se acostumbrará a vivir en el presente.