El color tiene una importancia primordial en el trabajo mágico y es una de las formas más profundas de dirigir la energía hacia la manifestación de nuestros deseos.
Los colores son claves que nos sintonizan inmediatamente con diversas fuerzas del Cosmos.
De hecho, los colores son estas fuerzas, que se manifiestan en una forma vibratoria que registramos a través de los ojos; sin embargo, estas fuerzas también se manifiestan como símbolos, sonidos, olores, sabores, conceptos, conciencias y sentimientos.
Podemos experimentar estos hilos primordiales de fuerza por muchas vías, pero el color es una de las más directas.
La asociación de ciertos colores con determinados dioses, planetas, símbolos o plantas no es accidental, arbitraria o construida culturalmente.
Estos sistemas de atribución de colores se basan en correspondencias que son reales en un sentido primordial y esencial.
Los colores reflejan la naturaleza de aspectos reales del Universo y del Alma del ser humano.
Los colores son claves vivas de los centros energéticos fundamentales del Cosmos, así como de los centros energéticos fundamentales del cuerpo.
Cada uno de estos centros energéticos del cuerpo gobierna algunos de nuestros órganos vitales, por lo que el color puede utilizarse para estimular o activar procesos físicos.
Cuando miramos un color determinado, nos demos cuenta o no, activamos y avivamos una fuerza correlativa dentro de nuestra propia psique, y desencadenamos cadenas de actividad en planos sutiles.
Los colores, sobre todo cuando se meditan conscientemente, pueden inducir inmediatamente estados del ser que podrían requerir horas de esfuerzo deliberado para construirse mediante palabras o apelaciones emocionales.
Tenemos muchas frases que indican nuestra conciencia subconsciente de estas atribuciones, como «me sentía azul» o «me enfadé tanto que vi el rojo».
Cada color es como un portal a una dimensión determinada, con su propio clima emocional y energético.
Es un hecho bien conocido por los agentes publicitarios y los expertos en relaciones públicas, que saben qué colores atraen, excitan, calman, enfurecen, elevan, inspiran, agravian y repelen.
Del mismo modo, los arquitectos y diseñadores saben qué color de pintura debe cubrir las paredes de una institución determinada; el azul bebé, por ejemplo, se suele pintar en las cárceles en un intento de mantener la calma y sofocar la violencia.
Los magos llevan estas asociaciones subconscientes un paso más allá, desarrollando conscientemente estas relaciones de forma más completa mediante la meditación.
Las Escalas de Colores son dispositivos de sintonización que consisten en visualizar cada color junto con su correspondiente concepto filosófico, sus atributos y su nota musical.
La vibración Roja, por ejemplo, es favorable a las funciones de la autoconciencia, es decir, de la conciencia despierta ordinaria y de la mente racional.
Se asocia con el fuego y el calor.
El rayo amarillo, en cambio, induce estados mentales y corporales favorables a la actividad superconsciente, es decir, al Yo Superior y a las dimensiones espirituales del pensamiento.
Se asocia con el aire y la luz.
La vibración azul facilita el uso de los poderes subconscientes.
Se asocia con el agua y el frío.
El rojo se asocia con la nota musical Do. Si se desea crear la asociación, se inunda la mente de rojo para que llene el ojo interior, y luego se tararea o se golpea la nota Do.
Aunque al principio se puede utilizar un instrumento, con el tiempo uno es capaz de tararear la nota con precisión sin ayuda de un instrumento.
De hecho, siempre que uno se encuentre con el color Rojo, en algún nivel también «oirá» sutilmente la nota Do en su mente.
Puede parecer un asunto de poca importancia imaginar, colorear y tararear un sonido, pero estas sencillas prácticas tienen consecuencias de gran alcance, y quien domina estas cuestiones se convierte en depositario de una tremenda fuerza cósmica.
Desarrollar esta habilidad es empezar a ser capaz de pensar en el lenguaje simbólico en el que piensa el propio Universo.
Cuando puedes pensar en el lenguaje del Universo, puedes recibir más de las vibraciones de pensamiento que te transmite continuamente.
Los colores y los tonos llevan mensajes, y cuando aprendas este lenguaje, empezarás a registrar cada vez más lo que dicen estos mensajes.
Cuando utilizas las correlaciones de color y sonido, también pones en marcha poderosas actividades cósmicas.
Una vez más, no se trata de «meros» colores, sino de verdaderas fuerzas vivas de vibración que están activas en muchas octavas de lo oculto.
Los magos y los manifestantes utilizan el color para invocar rápida y poderosamente las fuerzas más relevantes para sus objetivos.
Cuando la asociación ha arraigado en la mente subconsciente, se puede invocar rápidamente una cualidad como «fuerza», «devoción», «abundancia», «iluminación», «nutrición», «estabilidad», etc., simplemente visualizando el color, sin necesidad de una oración larga y cuidadosamente escrita.
Uno puede colorear sus visualizaciones con los tonos adecuados, de modo que ciertas cualidades esenciales queden «inscritas» en la visualización sin necesidad de especificarlas.
Los colores también pueden invocarse de este modo en la vida normal y corriente.
Si nos encontramos en una situación peligrosa, como con tráfico denso o en una calle oscura a altas horas de la noche, podemos invocar la energía protectora del morado e infundirla en nuestra aura, rodeándonos del campo de fuerza protector.
Si necesitamos valor antes de hablar en público, o energía antes de una prueba atlética, podemos rodearnos de un orbe rojo vital.
El poder del color constituye la base de las terapias de sanación con cristales.
La sanación con cristales funciona haciendo brillar rayos de luz reflejados por un cristal de color en el cuerpo sutil o aura del paciente.
El aura es un sistema de tensiones magnéticas que constituye el marco en el que se construye cada célula del cuerpo físico.
Es el cuerpo etérico o «espíritu» de una célula el que ejerce el conocido poder selectivo del metabolismo celular, y no, como pretende la medicina moderna, la propia célula física.
La luz, visible o invisible, es un potente agente terapéutico físico, pues el campo magnético del aura responde a la transmisión de los rayos.
La luz coloreada puede conseguir efectos notables, sin embargo la fuente de la coloración es de la mayor importancia.
De poco sirve hacer pasar luz blanca a través de un cristal azul, pues no se trata de luz azul, sino de luz teñida de azul.
La mejor manera de obtener un rayo coloreado es mediante la luz reflejada.
La luz blanca reflejada por un cristal naturalmente azul será un rayo activo de energía azul.
Cuando la luz solar se concentra a través de un cristal, especialmente de una piedra preciosa poderosa como un rubí, se pueden conseguir cambios asombrosos en la matriz energética del cuerpo humano.
Mary West is a metaphysician, writer, astrologer, and Magician. She teaches her students how to work with astral energy to enhance personal power, growth, productivity, and illumination.