22 noviembre 2024
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Manifestación: Entrena tu personalidad para alcanzar tus sueños

Manifestación: Entrena tu personalidad para alcanzar tus sueños

Podemos hacer todas las oraciones, afirmaciones, rituales mágicos o prácticas de manifestación del mundo, pero si no modificamos las estructuras básicas de la psique para apoyar estas oraciones, cualquier acto mágico que realicemos quedará en nada, y puede que acabemos haciendo más mal que bien.
Si bajo nuestras acciones firmes, grandes declaraciones y elaboradas ceremonias subyace la creencia de que somos incapaces de crear nuestros sueños, entonces, a nivel energético, estamos tirando en dos direcciones a la vez.
Esta energía dividida atraerá una manifestación que reflejará esta dualidad: la pareja que invocamos es devastadoramente atractiva, con un problema de abuso de sustancias.
Se nos ofrece el trabajo que tanto tiempo llevábamos buscando, pero con una drástica reducción salarial.
Encontramos al ayudante perfecto para nuestro proyecto empresarial, que al principio parece entusiasmado y luego se desvanece.
Intentar convocar nuestros sueños más salvajes sin la base de una psique unida puede acabar acentuando la desesperación, la desesperanza o el desánimo que sentimos.
Como aspiramos a algo que, en el fondo, no creemos que podamos conseguir, nos caemos de bruces.
Nos exponemos al dolor de las esperanzas frustradas, a la vergüenza del fracaso y a la vergüenza de habernos mentido a nosotros mismos.
Para progresar de verdad, debemos entrenar a la personalidad para la manifestación.

Descubrir las Creencias Fundamentales para la Manifestación

Si no estamos creando lo que queremos en la vida, tenemos que tomar conciencia de las creencias que tenemos y que nos limitan y nos impiden realizar nuestros sueños.
Tomar conciencia de nuestras creencias es el primer paso para cambiarlas.
Ninguna creencia es verdadera o falsa; ninguna creencia es correcta o incorrecta.
Sólo hay creencias que nos sirven y creencias que ya no nos sirven.
Tenemos muchas creencias, algunas buenas, otras malas, algunas bellas, otras feas.
Algunas cambian con el tiempo, otras no, y muchas se contradicen entre sí.
Hagan daño o ayuden, se alineen o contradigan, nuestras creencias se convierten en verdad en nuestra experiencia si las creemos.
Si creemos que el dinero sólo llega a través del trabajo duro, la experiencia nos dará la razón.
Si creemos que el dinero llega eligiendo el camino más fácil y de menor resistencia, la experiencia nos dará la razón en esta creencia.
Si creemos que no merecemos amor, experimentaremos muchos abusos y abandono.
Si creemos que la alegría es nuestro derecho natural de nacimiento, la alegría saldrá a nuestro encuentro allá donde vayamos.
Las creencias son cosas complejas.
Cambiar una creencia no es tan fácil como pulsar un interruptor.
Muchas de tus creencias están tan profundamente arraigadas en tu psique que eres completamente inconsciente de que están ahí; las experimentas como «hechos de la vida» tan fundamentales que ni siquiera puedes articularlos.
Estas creencias inconscientes son la raíz de la mayoría de nuestros problemas.
Mientras permanezcan sin examinar, dirigen nuestras vidas.
Una vez que las observamos con claridad, podemos empezar a cambiarlas.
Cambiar una creencia es como dar la vuelta a un barco enorme.
Sólo puedes hacerlo poco a poco, poco a poco, gradualmente a lo largo del tiempo.
No puedes cambiar una creencia por pura fuerza de voluntad; primero debes refutar mentalmente la creencia que está deshaciendo tu progreso, como un político gana un debate.
Y luego debes tener un tipo de experiencia diferente en tu vida, pues si no vives realmente un tipo de realidad diferente, no creerás de verdad en lo más profundo de tu mente que es posible.

El mundo exterior como catalizador

Busca cualquier área de disfunción crónica en tu vida, e identifica con precisión cómo te hace sentir.
Encuentra la palabra que capte de forma más cercana y sucinta la esencia del estado en el que te encuentras continuamente.
Puede ser algo como Rechazado.
No deseado.
Estancado.
Constreñido.
Desesperación.
Sin poder.
Solitario.
Sin apoyo.
Incompetente.
Inadecuada.
Avergonzada.
Enfermo.
Agotado.
Después de haber identificado el sentimiento-tono de la experiencia que manifiestas continuamente, observa tus propios procesos de pensamiento, comportamiento y autoexpresión.
¿De qué manera estás expresando esta cualidad?
Si sientes un rechazo crónico, ¿de qué manera te rechazas a ti mismo, a los demás o a la vida misma?
Si te sientes limitado económicamente, ¿de qué manera te centras en la carencia o en lo insuficiente?
Si te sientes desesperado, ¿de qué manera te aferras o no te dejas llevar?
En la vida sólo experimentamos lo que nosotros mismos somos.
Todo lo que parece estar fuera de ti, en realidad está dentro de ti.
Es un espejo de lo que irradias.
Así pues, el mundo exterior puede utilizarse de forma muy productiva como revelador de las creencias que ya no deseas llevar, pues las emociones que parece provocar dentro de ti son, de hecho, lo que atrajo la experiencia en primer lugar.
Observa las palabras que pronuncias y los pensamientos que tienes a lo largo del día, y busca rastros de esa cualidad negativa que atraes continuamente.
Párate a pensar en la creencia que estás expresando y reforzando.
Piensa en la creencia que está «codificada» en las palabras que pronuncias casualmente.
Fíjate si te encuentras expresando expectativas negativas o afirmaciones autodescalificadoras como «ninguna buena acción queda sin castigo».
Esto puede parecer un simple discurso, pero en realidad es un acto profundamente creativo.
Considera también la creencia «codificada» en cualquier acción que estés realizando.
Si trabajas de sol a sol, sin tomarte nunca tiempo personal para relajarte, recrearte o disfrutar del tiempo con tus seres queridos, la creencia codificada en tu acción podría ser: «Debo hacerlo todo yo mismo o de lo contrario estoy en peligro» o «Debo trabajar muy duro para recibir lo que necesito».
¿Y si en lugar de eso creyeras en un mundo abundante al que le encanta cuidar de ti mientras tú pasas el tiempo en amor y alegría?
¿Y si creyeras que la interdependencia y la conectividad son la clave de la abundancia?
Una vez identificadas las creencias que te frenan y las formas en que las practicas, debes disciplinar tu mente y entrenar la personalidad en una nueva dirección.
Busca una forma diferente de ver tu situación.
Identifica la cualidad opuesta a tu vibración negativa actual y busca activamente pruebas de ella en tu vida.
Prepárate experiencias que te proporcionen definitivamente esa sensación, y explora los matices de esta nueva experiencia mientras te deleitas en ella.