28 septiembre 2024
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El Poder Manifestativo del Amor Incondicional

El Poder Manifestativo del Amor Incondicional

Es emocionante cuando podemos conseguir exactamente lo que queremos mediante técnicas de manifestación como las afirmaciones o la visualización creativa.

Pero, ¿y si deseamos trascender los deseos de la mera mente consciente y satisfacer los deseos del alma?
¿Y si deseamos servir a los deseos del Universo o de Dios?
¿Y si quisiéramos hacer de nuestras vidas el lienzo de un pintor cuya imaginación y creatividad superan con creces las nuestras?

Si deseas manifestar una vida que no sólo redunde en tu propio interés superior, sino en el interés superior de tu espíritu eterno, así como en el interés superior de todos, entonces la cualidad más importante que debes activar es el amor incondicional.

Vivir incondicionalmente

El estado de amor incondicional nos lleva a la unión perfecta con Todo-Lo-Que-Es.
En este estado, nuestro magnetismo aumenta enormemente de forma generalizada, del mismo modo que la Visualización Creativa o la afirmación aumentan nuestro magnetismo de forma especializada.
Para activar la energía del amor incondicional, haz que sea una prioridad a lo largo de tus días sentir aquellas emociones que son aspectos de este estado trascendente: Felicidad, Gratitud, Abundancia y Compasión.
Normalmente, pensamos en sentimientos como el amor, la gratitud y la felicidad como respuestas emocionales a acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor.
Nos sentimos agradecidos cuando nos ocurre algo bueno, amorosos cuando alguien nos quiere y felices cuando las cosas nos van bien.
Considerar estas energías de este modo las reduce a reacciones que están fuera de nuestro control.
Se trata de un enfoque condicional que implica que necesitamos determinados acontecimientos o circunstancias para experimentar estas energías, y si se producen acontecimientos negativos entonces nuestra única opción es ser desagradecidos, poco cariñosos e infelices.
Amar incondicionalmente implica activar estos estados de conciencia a voluntad. No es necesario que tu vida cambie en absoluto para que te sientas agradecido, feliz o abundante.
Podemos aumentar y mantener estos sentimientos aplicando ciertas estrategias, y al hacerlo, nos mantenemos abiertos al misterio y la maravilla de la vida.

Felicidad

La felicidad te lleva plenamente al momento presente.
Si no somos felices, nuestra mente se desvía hacia el futuro o hacia el pasado.
Empezamos a pensar en algo distinto de donde estamos.
La verdadera felicidad significa: Me encanta donde estoy ahora.
Me encanta lo que estoy haciendo.
Me encanta cómo me siento.
Me encanta estar aquí, ahora.
Muchos de nosotros no dedicamos tiempo a los placeres sencillos.
Nos parece autoindulgente o una pérdida de tiempo hacer algo cuyo único propósito es dar calor a nuestro corazón.
Estamos mucho más obsesionados con «hacer las cosas» o con parecer impresionantes a los demás.
Dedica tiempo cada día a hacer una cosa que te haga verdaderamente feliz.
Comprométete con esta práctica durante un mes, por tonta que te parezca, y nota los cambios en tu vida.
Esta actividad puede ser cualquier cosa que te haga sentir alegría y placer.
Acaricia a tu gato durante veinte minutos.
Da un paseo por la naturaleza.
Toca un instrumento.
Abraza a un ser querido.
Ve de compras o a bailar.
Date un masaje.
Practica un deporte.
Llama a un amigo que te haga reír.
Esta actividad no tiene por qué ser útil, productiva ni satisfacer NINGÚN OTRO PROPÓSITO que no sea el de hacerte sentir bien. Sé puramente indulgente y observa lo que ocurre con tu productividad, tus relaciones, tu carrera, tu riqueza y tu salud.

Gratitud

Se ha dicho que «La actitud de gratitud crea el espacio para la gracia». Los sentimientos de agradecimiento y aprecio abren la energía del corazón y aumentan la conciencia de la abundancia que ya estamos recibiendo.
Nos hacemos más conscientes de todas las bendiciones de nuestra vida que han llegado sin ningún esfuerzo ni intercambio.
Nos damos cuenta de todos los milagros de la vida que se esconden silenciosamente a plena vista a nuestro alrededor.
Nos tomamos un momento para valorar de verdad la generosidad que existe en cada respiración, en cada sonrisa, en cada hoja, en cada nube, en cada abrazo, en cada caricia.
Este reconocimiento y agradecimiento aumentan el magnetismo para que fluyan hacia nosotros más bendiciones.
La mayoría de nosotros no estamos agradecidos hasta que nos sentimos felices con algo.
En el amor incondicional, adoptamos el enfoque inverso: cuando estoy agradecido, entonces soy feliz. La gratitud es un poderoso generador de felicidad.
Puede convertir una comida en un festín, una casa en un hogar, la confusión en claridad y a un extraño en un amigo.

Compasión

La compasión es el perdón de la fragilidad de la condición humana en el misterioso enigma de nuestra existencia.
Es la conciencia de que «de no ser por la gracia de Dios, ahí voy yo», el reconocimiento de nuestro carácter común, por muy diferentes que parezcamos.
Con la compasión reconocemos que, si hubiéramos caminado en los zapatos del otro, muy bien podríamos estar tomando esas decisiones que ahora nos apresuramos a condenar.
Para practicar la compasión en tu vida, busca puntos en común entre tú y otras personas.
Si te encuentras juzgando a otra persona, reconoce lo que tienes en común con ella, incluso con las que parecen raras o malvadas.
Pregúntate: ¿de qué manera veo al Creador en ellos?
¿De qué manera me veo a mí mismo en ellos?
Tu respuesta puede ser tan sencilla como «ambos necesitamos comida, agua, cobijo y amor».
Pero incluso esto tiende un puente entre vosotros y les hace más afines.

Abundancia

La abundancia es un estado mental.
Es la conciencia de nuestra libertad total e incorruptible de tener, hacer y ser cualquier cosa que deseemos.
Los sentimientos verdaderamente abundantes son la conciencia del suministro infinito, no sólo para ti, sino para todos.
En un espíritu verdaderamente abundante, somos plenamente conscientes de que nadie pierde para que otro gane, porque no hay escasez de nada en este Universo vibracional.
Convierte en una práctica diaria darte cuenta de la abundancia.
Dondequiera que veas un excedente, o un ciclo de crecimiento exponencial, aprécialo.
Sé testigo del incontable número de plantas y animales de esta Tierra.
Sé testigo de las briznas de hierba de tu césped, de los granos de arena de una playa, del enorme número de plantas de un bosque.
Considera cuántos árboles hay en la Tierra.
Considera cuánta agua hay en un océano.
Piensa en las células de tu cuerpo.
Piensa en las estrellas del cielo.
Admira la abundancia que hay en ti.
No hay límite para los pensamientos que puedes tener, las ideas que puedes reflexionar, la información que puedes aprender, el amor que puedes dar o recibir en cualquier momento.
¡Abunda la abundancia!