Los seres humanos han sido condicionados a considerar «real» sólo aquello que pueden percibir a través de las facultades sensoriales.
Se te ha enseñado a identificarte con tu cuerpo físico: que «tú» = Jane Doe, mujer, nacida en 1985 en Los Ángeles, estadounidense, liberal, 125 libras, abogada, y que todo esto tiene algo esencial que ver con quién eres.
¡Esta estrecha definición es como vendarte los ojos y afirmar que la oscuridad es lo único real!
Eres mucho, mucho más que el mero vehículo físico de tu cuerpo y sus experiencias mundanas, atrapado en el tiempo lineal de esta encarnación.
Tú eres la Conciencia
Tu ser esencial y verdadero es la conciencia.
No tu cuerpo físico.
Tu cuerpo físico no es en absoluto la suma de lo que realmente eres.
La interfaz cuerpo/mente experimenta una gama muy pequeña de frecuencia llamada luz visible, y hay mucho, muchísimo en este Universo que queda fuera de esta gama.
Los cinco sentidos humanos de la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato sólo proporcionan una ventana muy pequeña de percepción de la verdadera realidad de lo que realmente existe.
Si el alcance de tus sentidos aumentara tan sólo un poco, te encontrarías contemplando un mundo muy diferente.
Muchas criaturas pueden percibir aspectos de la realidad que no son aparentes para los humanos.
Los gatos pueden ver en frecuencias infrarrojas que el ojo humano no puede.
Los perros pueden oír frecuencias de sonido demasiado altas para ser registradas por el oído humano.
La realidad en la que viven nuestros amigos los animales incluye cosas que para nosotros no son «reales» en absoluto, y sin embargo, si alguna vez has visto el efecto de un silbato para perros en tu cachorro, ¡nunca negarías que estos fenómenos existen de verdad!
Del mismo modo, hay ciertas especies de peces que sólo pueden ver en dos dimensiones.
Su rango de percepción excluye gran parte de lo que nosotros podemos ver.
Desde el punto de vista de un pez, la «realidad» es sólo una pizca de lo que nosotros consideramos que es la realidad.
La cuestión es que todo lo que ves sólo aparece en la forma en que lo hace porque tu aparato sensorial está sintonizado con ciertos índices específicos de vibración.
Hay toda una biblioteca cósmica de información que puedes descargar si eres capaz de abrir tu mente a las realidades que se encuentran más allá de la estrecha rendija de la percepción sensorial.
Cuando aproveches los poderes, dejarás ir la idea de ti mismo como un ser finito y limitado, y darás un paso hacia la verdad de lo que eres, que es conciencia infinita.
La experiencia extracorpórea
Una de las principales herramientas para este tipo de expansión espiritual es lo que se conoce como Proyección Astral, o la experiencia Fuera del Cuerpo.
La proyección astral es un fenómeno en el que la conciencia de un individuo se exterioriza del cuerpo físico (aunque permanece atada a él por un cordón energético plateado) y realiza excursiones, tanto a lugares del mundo físico como a dimensiones no físicas.
Uno puede ver a distancia a sus seres queridos en cualquier lugar del planeta, y puede visitar los planos anteriores a la encarnación o el lugar al que volvemos tras la muerte.
La conciencia del individuo se manifiesta en el «cuerpo astral», también conocido como «psicosoma», y se aleja del cuerpo físico en esta forma etérica.
Todos interactuamos con esta dimensión no física en todo momento durante las horas de vigilia y mientras dormimos, pero la Proyección Astral permite percibir conscientemente los planos energéticos y todo lo que en ellos habita.
Así pues, la Proyección Astral puede mejorar enormemente la comprensión de los cuerpos energéticos, incluido el sistema de Chakras, y tener esta «perspectiva privilegiada» de los planos energéticos puede tener innumerables beneficios en todo tipo de prácticas metafísicas, somáticas o terapéuticas.
Otros beneficios de la Proyección Astral son:
- Prueba personal de la vida después de la muerte, lo que hace que se pierda el miedo a la muerte
- Encuentros con seres queridos que han fallecido
- Clarificación del propósito para esta vida que se estableció antes de nacer
- Aumento de las capacidades parapsíquicas, la intuición, las percepciones extrasensoriales, el autocontrol energético y la defensa energética personal
- Mayor conciencia de las interacciones energéticas con individuos físicos y no físicos
- Conversación directa con guías, ángeles, protectores y espíritus ayudantes
- Recuerdo de vidas pasadas
- Transmisión de energías terapéuticas fuera del cuerpo a quienes lo necesiten
- Expansión del autoconocimiento y aceleración del proceso de maduración de la conciencia
- Sueño lúcido
Tipos de proyecciones astrales
Existen distintos tipos de Proyección Astral o Experiencias Extracorporales. Las proyecciones espontáneas son proyecciones no planificadas, fuera del control del individuo.
En este tipo de proyecciones, una persona puede echarse una siesta o dormirse, y entonces «despertarse» y encontrarse fuera del cuerpo, a veces incluso viendo su cuerpo físico durmiendo.
La persona puede quedar totalmente desconcertada por la experiencia y no tener ninguna idea consciente de cómo repetirla.
Las proyecciones inconscientes se caracterizan por una sensación de caída o hundimiento, seguida de un despertar por una sacudida repentina.
Esta sacudida es el cuerpo astral, que había estado flotando y planeando sobre el cuerpo durante algún tiempo, reconectándose bruscamente con el cuerpo físico.
A veces, estas experiencias van acompañadas de sueños de caídas desde grandes alturas o de vuelos.
La mayoría de las personas se separan al menos unos centímetros del cuerpo físico cada noche cuando se van a dormir.
Este proceso natural nos permite recargar nuestro cuerpo astral, nuestro vehículo emocional, con la energía sutil que necesita.
Proyecciones forzadas Salidas repentinas y espontáneas del cuerpo físico, normalmente provocadas por un shock o traumatismo súbito del cuerpo, como un accidente de coche, violencia brutal o una emergencia bélica extrema.
Muchas personas que, de otro modo, no creerían en los sucesos paranormales, han relatado la experiencia de encontrarse repentinamente observando su propio cuerpo físico desde fuera o desde arriba, a menudo con notable desapego tranquilo y lucidez, ¡incluso a pesar de la asombrosa sorpresa de haber salido del cuerpo!
Las proyecciones lúcidas, en las que la persona es plenamente consciente y domina la dirección del viaje astral, son el tipo más productivo de proyección astral, y recompensan la práctica y el estudio exhaustivos.
Cualquiera puede aprender a proyectar astralmente, aunque, como ocurre con cualquier otra cosa, habrá distintos niveles de habilidad natural.
Algunas personas están mucho más «pegadas» al mundo físico, mientras que otras apenas pueden mantener los pies en el suelo.
Hay muchas técnicas disponibles para adaptarse al temperamento único del practicante.
Cómo realizar una proyección astral con éxito
Hay tres habilidades básicas necesarias para que una experiencia extracorpórea tenga éxito.
El primer paso consiste en relajar el cuerpo físico hasta el punto de que el cuerpo astral quede libre para abandonar las limitaciones del cuerpo.
Es útil hacer meditaciones guiadas moviendo la conciencia por el cuerpo, tensando y relajando cada músculo uno a uno.
Cuanto más relajado esté el cuerpo, más fácil le resultará al psicosoma liberarse en los planos etéricos.
Saber cómo abrir tus chakras y facilitar un flujo equilibrado de chi o prana por todo el cuerpo energético puede ser de gran ayuda en este proceso.
Los chakras bloqueados en el cuerpo energético pueden mantener el cuerpo astral pegado al cuerpo físico.
Puedes, por ejemplo, relajarte hasta el punto de sentir que tus piernas y brazos flotan, e incluso conseguir que la cabeza del cuerpo astral se mueva, pero sentir como si hubiera un peso encima del pecho que te mantiene dentro del cuerpo.
La segunda habilidad para la Proyección Astral es el mantenimiento de la lucidez mientras te proyectas.
Esto significa esencialmente el proceso de mantener la mente o el espíritu despierto mientras se permite que el cuerpo se duerma, de modo que puedas conocer y dar sentido a la información que encuentres en los planos astrales mientras te proyectas.
El tercer elemento necesario para el proceso de la Proyección Astral es una buena memoria.
Al igual que ocurre con los sueños, las proyecciones astrales pueden olvidarse instantáneamente con bastante facilidad al volver a la conciencia despierta, por lo que es importante poner en práctica ciertas prácticas que ayuden a transferir y almacenar la información obtenida.
Una técnica para realizar proyecciones con éxito es la autosugestión, que consiste en repetir una intención cinco o diez veces antes del intento de proyección.
Puedes decir algo como: «Saldré de mi cuerpo, permaneciendo lúcido, y lo recordaré todo cuando vuelva».
Es importante prestar atención a lo que dices y decirlo con energía y confianza.
También puedes intentar repetir la información que quieres recordar mientras estás fuera del cuerpo o repetir tu intención de recordar lo que estás aprendiendo a medida que lo aprendes.
Hay muchas escuelas y métodos para aprender la Proyección Astral, y cada individuo único tendrá que encontrar el que mejor le funcione.
¡Feliz exploración!
