28 septiembre 2024
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¿Cómo funciona el Tarot?

¿Cómo funciona el Tarot?

¿Alguna vez te han leído el Tarot, o has tirado las cartas tú mismo, y te has sorprendido o incluso asustado porque las cartas eran tan misteriosamente relevantes, incluso acertadas? Las imágenes y los significados contienen un gran poder emocional. Pero, ¿cómo funcionan realmente las cartas del Tarot?

Lo básico del Tarot

Las cartas del Tarot son simplemente 78 cartulinas ilustradas. Sus significados necesitan un lector que les ayude a cobrar vida. El Tarot es sólo uno de los muchos sistemas de adivinación, como la astrología, el I-Ching y las runas. Pero todos estos sistemas utilizan símbolos y podría decirse que todos se basan en esta misma idea de sincronicidad. Que somos como las abejas, las hormigas o los pájaros, y que captamos cosas, intuimos más cosas sobre otras personas de lo que nos damos cuenta, yendo por la vida cotidiana con nuestro volumen «psíquico» bajado.

En una lectura de Tarot, el lector y el consultante se sientan juntos y, en esencia, conversan por telepatía, en la que las cartas ayudan al lector a descodificar las señales telepáticas procedentes de la otra persona.

Se trata de una capacidad natural, que forma parte de nuestro repertorio de habilidades blandas, pero puede entrenarse, y aprender a leer el Tarot es sólo una forma posible de entrenar esta capacidad para un uso más consciente.

Vale, pero ¿cómo FUNCIONAN exactamente estas cosas?

No existe una respuesta única, limpia y ordenada. Un lector de Tarot utiliza las imágenes y los números, todo su simbolismo incrustado en las cartas y la colocación de esa carta proporciona el contexto que impulsa su propia imaginación, y el conocimiento almacenado en su subconsciente o mente inconsciente para ayudarle a articular sus impresiones instintivas con mayor precisión.

El psicólogo Carl Jung nunca aprendió a leer el Tarot, pero le fascinaba su asombrosa capacidad para reflejar lo que ocurría. Jung teorizó que el Tarot funciona mediante un fenómeno que denominó «sincronicidad», o coincidencia significativa.

Cita del tarot de Carl Jung

Jung estaba fascinado por lo que el Tarot podía decirnos sobre las personas reales que conocemos, representadas a través de los arquetipos de las historias, por ejemplo: el Rey, la Suma Sacerdotisa, el Ermitaño, y el funcionamiento de la mente consciente trabajando en tándem con la mente inconsciente.

La tirada del Tarot

El lector echa las cartas a ciegas y al azar, y las dispone en un patrón o tirada, utilizando la colocación de las cartas, las imágenes y los significados asociados a esa carta, y su propia intuición para interpretarla, compartiendo lo que siente sobre una persona, situación o cuestión determinada, pasada, presente y posible futura.

Lo que asombra e incluso puede sobresaltar a la persona a la que se lee, y a veces también a los lectores, es la relevancia total, inmediata e innegable de las cartas extraídas a ciegas y al azar, y luego organizadas en un patrón o tirada para su interpretación.

Las cartas se sacaron al azar, pero los resultados no parecen aleatorios en absoluto. Encajan.

El consultante siente que ha sido visto y oído por alguna presencia invisible. Aquí es donde se manifiesta lo «espeluznante» y el aparente milagro de la sincronicidad.

El sistema adivinatorio más antiguo

El tarot es sólo uno de los muchos sistemas de adivinación disponibles y no es, ni mucho menos, el más antiguo. La adivinación con naipes es una práctica mucho más antigua, al igual que otros sistemas, incluido el I-Ching.

Pero todos los sistemas de adivinación tienen esto en común. Todos utilizan símbolos y podría decirse que todos se basan en la misma idea de sincronicidad. Que somos como abejas, hormigas o pájaros, y que captamos, intuimos más cosas sobre otras personas de las que nos damos cuenta, yendo por la vida cotidiana con nuestro volumen psíquico bajado.

En una lectura de Tarot, el lector y el consultante se sientan juntos y, en esencia, conversan por telepatía, y las cartas ayudan al lector a descodificar las señales telepáticas procedentes de la otra persona. Se trata de una capacidad natural, pero puede entrenarse, y la lectura del Tarot es una forma de entrenar esta capacidad para utilizarla conscientemente. El lector «carga» este «programa» aprendiendo los significados y las asociaciones de las cartas. Con mucha repetición y práctica, esta programación se convierte casi en una segunda naturaleza, y las cartas pueden actuar ahora, no sólo como apoyo técnico, sino como trampolín para percepciones impulsadas por el pensamiento lateral o asociativo, respaldadas por el instinto.

Cartas del Tarot

Cada carta contiene muchas palabras clave. Éstas representan los ladrillos básicos de la lectura.

La carta del Carro, por ejemplo, significa un vehículo, un examen de conducir, un garaje, un viaje por carretera, los viajes. También, la ambición (¿la tuya?), el progreso en un proyecto, el trabajo en equipo, la disciplina, y también el signo zodiacal de Cáncer y las fechas asociadas a este signo (21 de junio-22 de julio)

John William Waterhouse - Boceto de Circe, 1911-1914

John William Waterhouse – Boceto de Circe, 1911-1914 (dominio público)

Pero, ¿cómo puede el lector

1: elige cartas que describan tan apropiadamente cosas que aún no has contado al lector?

2: elige con cuál de las muchas interpretaciones posibles de las cartas te quedas

La respuesta es que el lector no lo sabe; simplemente juzga y se deja llevar por sus primeras impresiones, confiando en el proceso inconsciente.

Podría existir una forma de telepatía entre el lector y el consultante. La lectura del tarot es sólo una actividad que ilustra un talento natural de la mente humana normal.

La intuición es tu comprensión interior. Todos la poseemos en cierta medida. El Tarot nos ayuda a darle palabras.

A veces estas palabras son tan específicas, que muchos lo llaman «psíquico» y la capacidad psíquica y la intuición suelen considerarse «sobrenaturales».

Pero todos tenemos intuición, y cualquiera puede aprender a leer las cartas del Tarot.

En resumen

El tarot no es como una máquina. Ves claramente que hay un proceso en marcha, pero no puedes desmontar los mecanismos. Es un arte, no una ciencia. Se basa en el sentimiento y la percepción. Llegar a ser competente en la lectura del Tarot exige estudio y práctica, y cuanto más trabajes con el Tarot, con más confianza serás capaz de aprovechar tu intuición, pero no es necesario que te consideres vidente para aprender a leer el Tarot o llegar a ser fluido y competente.

Existe una especie de sabiduría nativa que va más allá de tu conocimiento y control conscientes. Da igual que pienses que esa sabiduría procede de tu subconsciente, del inconsciente colectivo, de Dios, de tus guías o de tu yo superior. No tiene importancia.

El Tarot funciona según la forma en que lo utilice el lector, de acuerdo con su habilidad, experiencia y talentos intuitivos innatos. No se requiere fe ni sistema de creencias.

Quizá nunca lleguemos a comprender exactamente cómo funciona el Tarot, pero su alcance y grado de precisión dependen en gran medida de la habilidad de interpretación de cada lector.

Los resultados son una prueba, aunque es una verdad antigua: todos poseemos intuición.

Todos sabemos más de lo que sabemos.