19 enero 2025
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Sanar a través de la creatividad: La Magia de la Terapia del Arte y la Poesía

Hay tantos métodos para curarse como personas que buscan ayuda. Visitar a un terapeuta, correr por la naturaleza, llorar, tomar medicamentos, etc.: todo es posible para sentirse mejor. Un método que parece tener el poder de hacer que los días sean más hermosos es la terapia artística, y más concretamente, la terapia poética.

Breve introducción a la arteterapia

Historia y creación de la consulta

La arteterapia es un método que utiliza la expresión artística y la creatividad de un individuo con fines psicoterapéuticos o de desarrollo personal. Actúa como un canal. Además, ofrece una nueva forma de comunicación a quienes tienen dificultades para hablar o expresar sus problemas. La creación en sí tiene un poder transformador. Primero hay que encontrar la idea, luego buscar la forma de realizarla, dar los pasos necesarios y evaluar el resultado. Del mismo modo, la terapia artística puede imitar el propio proceso terapéutico. En 1921, el médico Walter Morgenthaler publicó El paciente psiquiátrico como artista, un libro fundamental sobre la conexión entre el arte y la enfermedad mental. En 1922, publicó una obra en la que presentaba las obras de Adolf Wölfi, un paciente que creó un número considerable de dibujos y collages. Este libro fue crucial en la historia de la arteterapia, ya que introdujo un vínculo positivo entre la enfermedad y la creación. Más tarde, algunos pioneros de la terapia ocupacional destacaron los beneficios de las actividades sociales y artísticas, sobre todo en la rehabilitación. Por nombrar otra, Anna Freud, la hija del conocido psicoanalista, discutió en 1945 el uso del dibujo como forma de desencadenar el pensamiento asociativo en los niños.

Ámbitos de aplicación

La arteterapia se dirige a personas de todas las edades (niños, adolescentes, adultos, ancianos). Además, el público al que se dirige es diverso, desde personas con Alzheimer a niños con asma, desde hombres deprimidos a mujeres que sufren estrés postraumático. Con la arteterapia, las personas pueden mejorar su bienestar, reducir la tensión arterial, aliviar el dolor corporal, reducir el estrés y mucho más. Se anima a todo el mundo a practicar la arteterapia. Puede practicarse en instituciones médicas o sociales, o en la práctica privada, como en la consulta de un psicólogo o en el estudio de un arteterapeuta.

¿Cómo funciona la arteterapia?

Pintura, danza, arcilla: elige lo que más te convenga

El objetivo de la arteterapia es deconstruir la terapia y sus etapas a fin de utilizarlas para la curación del individuo. Pueden emplearse varios medios:

  • La pintura: Ya sea libremente o con restricciones, la pintura imprime en el lienzo los pensamientos del sujeto.
  • Colorear: Al igual que la meditación, colorear ayuda a despejar la mente y a concentrarse en una sola actividad.
  • La arcilla: Debido a sus propiedades sensoriales, la arcilla facilita la expresión de la psique.
  • El collage: Al combinar imágenes y texto, cada creación se abre a una composición original o incluso inconsciente. Las conexiones entre los materiales pueden ofrecer nuevas perspectivas sobre el tema.
  • La cocina: Como en una paleta, los ingredientes se mezclan, simbolizando una exploración de las emociones.
  • El teatro: Interpretando un papel propio o ajeno, se puede dar vida a otras ideas.
  • Danza: El cuerpo vuelve a su papel instintivo, animal, y expresa emociones que lo trascienden (ira, sensualidad, miedo, etc.).
  • Música: Los instrumentos ofrecen un nuevo canal de comunicación, un nuevo lenguaje.

Nota Bien

No es necesario conocer técnicas artísticas ni producir una bella obra de arte. El objetivo principal es permitir que afloren imágenes interiores, ya sea para interpretarlas o para liberarlas. La arteterapia da forma a las tensiones y ansiedades del individuo. Por ejemplo, si un niño dibuja «miedo» por primera vez, el terapeuta puede comparar los dibujos posteriores para comprender la posible evolución y adaptar su enfoque terapéutico. El papel del terapeuta no es interpretar la obra creativa, sino guiar al individuo de una producción artística a la siguiente para lograr una mayor claridad.

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Terapia poética

Hemos tratado las diversas formas de iniciar la terapia artística, pero he reservado intencionadamente una sección aparte para la terapia poética, ya que creo que la poesía ofrece una forma dual de terapia artística.

Poesía que escribimos

Escribir poesía es un acto íntimo y terapéutico. Permite liberar emociones enterradas. Como un espejo, la poesía refleja el alma del escritor, proporcionándole una catarsis que le ayuda a comprender mejor su estado interior. Muchos psicoanalistas y terapeutas coinciden en que escribir poesía fomenta la introspección profunda. Además, puede ayudar a abordar trastornos psicológicos, sobre todo como parte de un proceso de curación expresivo o creativo. Escribir poesía también es una forma de resistir el sufrimiento o la ansiedad. Se convierte en una herramienta de resiliencia, un espacio para reorganizar los pensamientos y estructurar el caos emocional. La poesía, con su libertad de forma y tono, ofrece una zona libre de juicios en la que se puede escapar de las limitaciones de la prosa o del habla cotidiana. Cada línea se convierte entonces en una oportunidad para expresarse y reconstruirse. Así, tanto si se trata de una escritura espontánea como de una forma más estructurada de arteterapia, la poesía permite a las personas dar palabras a lo indecible dentro de un espacio de total libertad. Sirve de refugio, donde los pensamientos y las emociones pueden liberarse sin reglas.

Poesía que recitamos

La recitación, por otra parte, potencia el impacto emocional y cognitivo del arte poético. Según varios estudios, recitar versos tiene un efecto relajante y calmante, parecido a una forma de meditación. El habla, especialmente cuando se pronuncia con ritmo, entonación y emoción, se convierte en un poderoso vehículo para la memoria y la autoconciencia. Recitar poesía implica al cuerpo, la voz y la respiración. Así, crea una experiencia completa que estimula tanto el intelecto como el bienestar físico y mental. La recitación activa de poesía también puede ser una forma de terapia. Al leer poemas en voz alta, el individuo reivindica las palabras de un modo distinto al de la escritura: las hace resonar y cobran vida. Según los expertos en desarrollo personal, el simple acto de recitar puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la confianza en uno mismo. El ritmo y la musicalidad de los poemas influyen en los estados emocionales, ofreciendo una forma de regulación emocional. Además, en un entorno de grupo, recitar poesía puede crear poderosos momentos de intercambio. Ya sea en un círculo literario, en una clase o de manera informal, la recitación fomenta la conexión humana y abre espacios para el debate. De este modo, la poesía trasciende las fronteras individuales para tocar algo común: emociones o ideas compartidas.

Conclusión

La terapia artística, especialmente la poética, abre un amplio abanico de posibilidades para la autoexploración. No requiere conocimientos técnicos previos, sino que se basa en la intuición y la sinceridad de las emociones humanas. Por tanto, es accesible a todo el mundo, independientemente de su edad o condición, y ofrece un método alternativo y espiritual para comprenderse mejor a uno mismo y aumentar el bienestar. En un mundo lleno de métodos curativos tradicionales, la arteterapia destaca por su capacidad de proporcionar un profundo consuelo mediante un enfoque suave, creativo y profundamente humano. Ya sea escribiendo o recitando, la poesía -como otras formas de arte- se convierte en una poderosa herramienta de liberación, transformación y reconciliación con uno mismo.