13 noviembre 2024
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Manifestación receptiva

Manifestación receptiva

En el plano Material, vemos que una cosa viene de una fuente y otra viene de otra; pero, a efectos de tus prácticas de manifestación, no necesitas preocuparte de nada más que de lo espiritual fuente de suministro.
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¿Qué es la Manifestación Receptiva?

Es un método por el que obtienes lo que buscas, sea lo que sea.
Hay varias formas de concebir esta Fuente.
Algunos lo llaman Dios.
Otros lo llaman Madre Naturaleza.
Otros lo llaman Energía Universal o Campo Cuántico.

La filosofía mágica concibe el universo manifestado como emanado de lo que denomina «el Gran Inmanifestado», representado simbólicamente como una fuente siempre viva de la que brota a presión la fuerza primigenia.

Lo consideres como lo consideres, se trata de una fuerza, energía o ser extraordinario con el que personalmente tienes una relación directa y profunda.

Tus prácticas de manifestación serán más eficaces si sólo piensas en este depósito espiritual como fuente de suministro de lo que deseas, en contraposición a cualquier fuente terrenal o física.
Esto te mantendrá en un estado Receptivo que acelera el flujo de energía que te entrega todo lo que deseas.

Reflejo cósmico

Con cada pensamiento que tienes, estás canalizando fuerza a través de los niveles consciente e inconsciente de tu propia psique, que cataliza la misma actividad en los niveles correspondientes del universo externo.

Existes en una relación magnética con todo lo que te rodea, y cuando te centras con emoción positiva en aquello que deseas, catalizas la transformación del mundo que te rodea, que en última instancia adopta la forma física de lo que has imaginado.

Si te preocupas por los detalles de la vía física a través de la cual fluirá hacia ti tu manifestación, ralentizas este proceso, porque tu preocupación implica duda sobre la fuente espiritual de suministro.

Si comprendes que esta fuente espiritual de suministro contiene la energía que crea mundos, entonces comprendes plenamente que puede traerte y te traerá tu nuevo coche, o tu nueva pareja, o tu nuevo trabajo, o cualquier otra cosa que puedas imaginar.
No hay necesidad de que intentes «averiguar» de dónde surgirá tu manifestación y en qué plazo de tiempo, ni quién podría ayudarte a que aparezca y cómo se desarrollará.

Pensar de este modo oscurece nuestra percepción -y potencialmente incluso nuestra fe- en la fuente espiritual de suministro.
Preocuparse por la fuente de suministro implica no creer en la Fuente que puede traerte lo que deseas; y como el Universo refleja tus creencias, si crees que tienes que averiguarlo por tu cuenta, entonces la única forma de que algo llegue a ti es que tú lo averigües por tu cuenta.

La tensión nerviosa es destructiva para los procesos de reflejo magnético descritos anteriormente y es una negación implícita de esa creencia en tu poder.
Sabes que estás construyendo, a través de tu mente y tu corazón, aquello que ha de venir a ti en el mundo material.
Ya estás emprendiendo la acción más eficaz que podrías emprender, así que ¿qué necesidad hay de tensión?
Desea con fuerza, pero no con los nervios, y no confundas la tensión nerviosa con la intensidad emocional.

El Yo Superior

Puede que hayas experimentado momentos en la vida en los que sentiste una confianza total en el Universo.

Estos momentos surgen espontáneamente, a veces como una sensación peculiar de que no podemos fallar un tiro o dar un paso en falso.
Puede que hayas experimentado horas o incluso días en el trabajo en los que te sentías misteriosamente llevado por una fuerza inteligente que hablaba y actuaba a través de ti como por voluntad propia.

Este sentimiento de inspiración es característico de una conexión entre tu mente racional y el nivel arquetípico de la existencia, lo que significa que estás actuando con el poder del Universo detrás de ti.

Es este la sensación de un vínculo directo con un poder superior que buscas cultivar en tu vida cotidiana, más que la certeza racional sobre el camino que tienes por delante.
Deja a un lado el «averiguar el futuro» o la necesidad de saber cómo se desarrollarán las cosas, y en su lugar observa esos momentos en los que te sientes en sintonía con el Universo, como si estuvieras viviendo la elaboración en tiempo real de algún mito antiguo.

Pasa más tiempo en estados receptivos.
Medita, haz ejercicios de respiración, yoga y relaja tus músculos con baños o masajes.
Estas actividades pueden parecerte excesivamente indulgentes, sobre todo si sientes que hay mucho trabajo por hacer para hacer realidad lo que deseas.
Pero estas actividades te mantienen preparado para la conexión con el poder del Universo.

Mantener tu sistema nervioso tranquilo y centrado acelera el flujo de energía que hace realidad todo lo que deseas.
Cuanto mejor te sientas, más fácilmente llegará lo que deseas.
Además, tomarte tiempo para sentarte y estar -especialmente cuando a tu mente racional le parece que necesitas
trabajar, hacer y ejercer– implica confianza en la fuente espiritual de tu suministro.

Sentir que puedes «soltar y dejar a Dios» es una poderosa postura de manifestación, pues es confiar en que el Universo responde a tus pensamientos y palabras, sin necesidad de ninguna acción por tu parte.

Acepta el no saber

Otra razón para no especificar una fuente física de suministro para tu manifestación es que lo que te parece la fuente material de suministro más obvia puede no ser, de hecho, la correcta.

Los humanos, especialmente en los tiempos modernos, estamos muy identificados con nuestra conciencia racional del hemisferio izquierdo del cerebro.
Nos enorgullecemos de nuestra capacidad para conocer, discernir, razonar, predecir y elaborar estrategias.
Pero esto es bastante ilusorio y egoísta, porque nuestro rango humano de percepción es extremadamente estrecho.

No podemos ver muy lejos en el espacio físico, y no podemos ver en absoluto a través del tiempo.
El hecho de que tú, desde tu punto de vista actual, veas un determinado camino hacia adelante no significa que sea el
mejor camino a seguir.

Del mismo modo, el hecho de que tú, en tu limitada perspectiva humana, no puedas ver el camino a seguir, no significa que no lo haya, del mismo modo que el hecho de que no puedas oír el silbato del perro no significa que no esté emitiendo un sonido.

Tu capacidad para ver el camino a seguir no tiene ninguna relación a la cantidad de satisfacción que te aportará esta vía concreta.
Es muy posible que sepas con certeza que quieres un nuevo trabajo, y éste es un deseo perfectamente maravilloso.

Pero si decides prematuramente qué trabajo conllevará este nuevo empleo, o dónde estará ubicado, o para quién trabajarás, el resultado puede ser simplemente un gran retraso y un esfuerzo desperdiciado por «ladrar al árbol equivocado». Es muy posible que consigas el trabajo concreto al que aspiras, pero ese trabajo puede ser totalmente incompatible con tu felicidad y bienestar.

Si observas el curso de tu vida, probablemente te darás cuenta de que los rasgos rasgos más fundamentales de tu vida como tu cónyuge, tus hijos, tu carrera, tu lugar de residencia, tus aficiones- se desarrollaron de un modo que nunca habrías podido prever o planificar.

Los aspectos más queridos de nuestras vidas suelen ser producto de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y se desarrollan de forma orgánica y espontánea a partir de una serie de coincidencias totalmente impredecibles.

Al darte cuenta de esto, suelta tu apego al saber.
La necesidad de saber te aparta de todos los medios de abastecimiento que nunca serías capaz de soñar, porque estás excesivamente obsesionado con la ruta que puedes ver actualmente.

Si abandonas la idea de que necesitas ser capaz de prever la solución, entonces el milagro de la solución podrá deslumbrarte a medida que se manifieste.
Disfruta de la maravilla del viaje que se despliega.
Libérate de la necesidad de ver el camino por delante, y en su lugar sincroniza tus pasos con el ser mayor que ya está en camino hacia allí.