27 septiembre 2024
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Las Tres Gunas: Cómo utilizar el Ayurveda para encontrar tu ritmo

Las Tres Gunas: Cómo utilizar el Ayurveda para encontrar tu ritmo

El antiguo concepto ayurvédico de las tres Gunas puede utilizarse para aportar más fluidez, facilidad y armonía a nuestras relaciones, carreras, salud y prácticas espirituales, porque este sistema proporciona un mapa energético del propio Universo. Si nos alineamos con su ritmo fundamental, podemos utilizar el sistema de las gunas para facilitar un flujo mayor y más natural de salud y prosperidad en todos los aspectos de la vida.

El antiguo concepto ayurvédico de las tres Gunas es similar al concepto chino del yin y el yang.
Las gunas son tres fuerzas o principios energéticos que establecen las relaciones de polaridad inherentes a todos los aspectos de la vida.
Incluidos los planos físico, emocional, mental o espiritual.
Sin las gunas, no podrían producirse polaridades, no podría tener lugar ningún movimiento y no podría surgir la vida tal como la conocemos.
De este modo, el modelo ayurvédico de las relaciones energéticas proporciona un mapa de la anatomía sutil de todas las cosas.
Estudiar las gunas es estudiar el modo en que las cosas surgen y se mantienen a lo largo del tiempo.

Sattva

La primera guna se llama Sattva
Sattva
es el terreno neutro desde y dentro del cual se mueve la energía.
Es un campo neutro que permite el movimiento de la energía y es el aspecto del equilibrio inherente a todas las relaciones de polaridad.
Es la quietud dentro del movimiento que está en el centro de cualquier acontecimiento.
De este modo, se identifica con la fuente, la esencia y el estado natural incondicionado de toda existencia.

Rajas

Rajas es la fase positiva, expansiva, yang o masculina del movimiento de polaridad.
Es el aspecto solar ardiente del ciclo energético.
El principio rajas es el aspecto motor de la energía, que sugiere acción y propulsión.
Es expansivo, centrífugo y de avance.
Rajas se identifica con la afirmación, el calor y el impulso que hay detrás de un acontecimiento o experiencia.

Tamas

Tamas es la fase negativa, contractiva, yin o femenina del movimiento de polaridad.
Es el aspecto frío y lunar del ciclo energético.
El principio tamásico es la cualidad de la fase centrípeta de la energía.
La fase de culminación, receptividad y cristalización en formas.

Ciclos de Movimiento

La energía se mueve en ciclos de relación entre estos tres principios y así es como surge todo.
Rajas rige la fase positiva impulsiva de la energía, sattvas rige el terreno neutro que permite este movimiento, y tamas rige su fase negativa de culminación en el ser plenamente manifestado.
Podemos ver este ciclo dondequiera que miremos.
Un terreno vacío es sáttvico, mientras que la construcción es rajásica, y la casa terminada es tamásica.
Una semilla es rajásica, la tierra fértil es sáttvica y la flor es tamásica. El ejercicio es rajásico, el período de descanso y recuperación es sáttvico, y un cuerpo tonificado es tamásico.
En los tiempos modernos, la mayoría de la gente se preocupa principalmente de las fases rajásica y tamásica del movimiento energético.
La mayoría de las veces, prestamos atención a la actividad cinética y al esfuerzo activo que implica una situación, o bien a los resultados completados y a la realización del objetivo.
Por ejemplo, si queremos una casa nueva, estamos poniendo la mayor parte de nuestra atención en el resultado de la propiedad, y/o en el trabajo que conlleva adquirir esta propiedad.
Si queremos ponernos en forma, estamos poniendo la mayor parte de nuestra atención en el resultado de cómo queremos que sea nuestro cuerpo, y/o en el trabajo que conlleva conseguirlo.
La mayoría de nosotros no presta mucha atención a las fases sáttvicas de estos procesos.
El espacio de neutralidad total en el que tienen lugar el movimiento y la realización.
Sin embargo, un estudio de las gunas muestra no dos, sino tres fases de energía en movimiento.
Y nos beneficiaríamos si incorporáramos a nuestras vidas la conciencia de la importancia del principio sáttvico.
Al fin y al cabo, una flor no florece simplemente por el trabajo realizado sobre la semilla.
Sembrar simplemente una semilla en la tierra no hace que fructifique.
Hay un largo periodo de gestación en el que la semilla yace en un terreno neutral, sin ser perturbada.
Dentro de este espacio de inmovilidad, la flor puede brotar.
Sin ese espacio, no habría flor.

Del mismo modo, no nos hacemos más fuertes durante la actividad de levantamiento de pesas.
Levantar pesas provoca un traumatismo en nuestros músculos y, de hecho, los rompe mediante un desgarro sutil.
Puede que te hayas dado cuenta de que estás más débil, no más fuerte, al final de un duro entrenamiento.
Logramos la transformación del tono muscular durante el periodo sáttvico de descanso que sigue al entrenamiento rajásico.
En un periodo de neutralidad, los músculos son capaces de repararse y regenerarse, entrando en la fase tamásica de fuerza mediante la no actividad.
Si aplicamos esta comprensión a nuestras prácticas de manifestación, mejoraremos y aceleraremos enormemente nuestra creación deliberada.
El deseo y la actividad inspirada en pos de un objetivo son rajásicos. La manifestación de este deseo es tamásica.
Debemos recordar que entre las fases del deseo, la acción y la realización del deseo en forma física, debemos proporcionar un espacio de neutralidad, incondicional.
En este estado de neutralidad, debemos soltar por completo tanto el apego al resultado deseado como el apego a emprender la acción para conseguirlo.
Si estás excesivamente apegado a recoger tus frutos, recogerás tus cosechas antes de que estén listas y acabarás sin nada comestible.
Si estás excesivamente apegado a alcanzar tu peso objetivo, puedes desanimarte.
O desecharás el progreso real porque no es la imagen que tienes en mente.
Por otra parte, si labras o riegas excesivamente tu jardín, extinguirás la fuerza vital que intenta surgir en él.
Si haces ejercicio todos los días sin descanso, lesionarás y desgastarás los músculos que estás entrenando, e impedirás la transformación que buscas.
Honra la importantísima fase que se encuentra entre el deseo y la manifestación, entre la acción y la realización, pues en realidad es en esta fase donde se produce la transformación.
Tómate tiempo para salir de las fases rajásica y tamásica de la energía y entrar en la fase sáttvica.
Encuentra la quietud, la paz y la conexión con la esencia de la vida misma.
Ahora ya lo sabes todo sobre las 3 gunas.