8 noviembre 2024
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La Manifestación y el Concepto de Impulso

La Manifestación y el Concepto de Impulso

La manifestación y el concepto de impulso… La Manifestación es un proceso que ocurre en cuatro planos: Espiritual, Mental, Astral y Físico. El Mental y el Físico son planos de forma, mientras que el Espiritual y el Astral son planos de fuerza. Todos estos planos están interrelacionados y funcionan por pares.

Un deseo o impulso procede del plano Espiritual; se trata de una fuerza en movimiento: un impulso a ser, voluntad de vivir o inspiración para expresarse.

Entonces se crea una forma-pensamiento en el plano Mental. Se trata de un complejo de creencias o ideas, muchas de las cuales pueden ser inconscientes, que crean una estructura, un marco o un plano.

El Astral es el plano causal de la manifestación del poder para el plano Físico. La fuerza de este plano es emocional, y podemos llamar a esta fuerza impulso. Puedes imaginar el Astral como lleno de rayos de luz que fluyen, pura fuerza sin forma alguna, mientras que el plano Físico es el mundo material que conoces y en el que parece que vives, donde sólo hay forma y no fuerza.

Fuerza y forma

Cualquier objeto en manifestación es el producto de una forma Física y una forma Mental, con un plano de fuerza Astral que las divide. Una forma mental actúa como canal y determina la configuración de la manifestación de la fuerza astral en la materia.

El impulso o fuerza emocional del plano Astral se ve afectado en cada momento por tus palabras, actos, pensamientos y sentimientos. La fuerza de este plano responde a tu orientación emocional. Estás enviando constantemente esta fuerza poderosamente creativa a través de formas de pensamiento, y esta animación de la forma por la fuerza crea manifestaciones.

Estas formas pueden proceder del plano Mental, es decir, de ideas, creencias, intenciones, visualizaciones, concepciones, etc. Un plan, por ejemplo, es una forma-pensamiento que construimos, y cuando la fuerza Astral de nuestra atención emocional es enviada a través de él, nuestro plan toma alguna forma en el plano Físico.

Alternativamente, estas formas pueden derivar de la materia física de lo que es. Muchos de nosotros respondemos a la vida automáticamente, aceptando la forma de «lo que es» sin cuestionarnos si tiene que ser así o eligiendo activamente otra forma para que adopte. La mayoría de la gente desconoce el poder que tiene sobre «lo que es» en la construcción deliberada de formas de pensamiento.

Pasividad

Si nos movemos por la vida pasivamente, produciendo respuestas emocionales al azar, sólo cuando nos estimulan las condiciones externas, entonces todas nuestras formas de pensamiento están determinadas por la naturaleza de las condiciones que las estimularon. Enviamos así la fuerza Astral de vuelta a través de la misma vieja forma de lo que es, y simplemente perpetuamos su manifestación en el plano Físico.

Ésta es la razón de que la mayoría de las vidas sigan una trayectoria bastante uniforme, sin muchos giros dramáticos ni para peor ni para mejor. En cualquier vida hay altibajos, pero la mayoría no suele alejarse demasiado de la zona general en la que empezó. Las condiciones materiales de la propia vida siguen ciñéndose a un conjunto de condiciones definidas y fijas si la fuerza Astral se mueve a través de formas-pensamiento que se derivan de las condiciones materiales actuales. La materia da lugar a la forma-pensamiento, y la forma-pensamiento da lugar a la materia, y la vida transcurre en un círculo sin fin.

Si queremos cambiar el patrón de la forma en que vivimos, debe producirse un cambio en el plano mental. Cuando se introduce una nueva forma-pensamiento en la fuerza Astral, puede aparecer una nueva forma en el plano Físico. La forma Física dará lugar a una nueva sensación emocional y la sensación reanimará la forma-pensamiento, y así este nuevo ciclo se autoperpetúa a su vez.

Sube el dial

El «voltaje» de esta fuerza Astral es amplificado por la intensidad de nuestras emociones. Cuando mantenemos nuestra atención en una forma física o mental, la fuerza Astral comienza a recorrerla. Si lo hacemos en un estado emocional muy cargado -tanto si la emoción es positiva como negativa-, la corriente de la fuerza Astral se vuelve muy fuerte.

Si la atención se mantiene continuamente sobre esta forma, el impulso aumenta, y la forma-pensamiento empieza a animarse con vida propia, como una rueda que coge velocidad al rodar cuesta abajo. Como el impulso crece cada vez más rápido, pronto el impacto sobre el plano Físico es decisivo.

La emoción es una fuerza tremendamente poderosa, que hace nacer las semillas de las formas de pensamiento. La emoción da acceso a ciertas facultades clave del inconsciente, a través de las cuales conseguimos entrar en el plano Astral. No podemos mover esta fuerza del plano astral a través de las formas con sólo hablar de boquilla de nuestras esperanzas y sueños. No basta con afirmar o pedir lo que queremos. Hay que inflamarse de emoción real, y en este estado, se pueden mover montañas.

Cuanto más cargada esté la emoción, más rápidamente se manifestará físicamente. Si estamos terriblemente enfadados o temerosos por una situación concreta, y nos sentamos a echar humo por lo mala que es, o a oponer una resistencia feroz a lo que pueda ocurrir, estamos enviando una fuerza emocional poderosamente cargada a través de la forma de esa misma situación, acelerando su manifestación.

Volverse Deliberado

Las prácticas de las artes de la Manifestación, como los rituales de la religión o la magia ceremonial, utilizan emociones elevadas como la alegría, la gratitud, el aprecio, la exaltación y el amor incondicional para acelerar el impulso, siendo éstas las frecuencias más altas y rápidas, y por tanto los modos más eficaces de acelerar el impulso.

El proceso de convertirse en un manifestante consciente y con autoridad significa observar cuáles de las formas de pensamiento propias son producto deliberado de la imaginación, y cuáles son producto de sensaciones aleatorias. Erradicando los pensamientos que no te sirven y aprovechando los poderes de las facultades de formación de imágenes de la mente, puedes poner en movimiento las causas astrales según tus deseos.

Cualquier imagen que puedas crear en la imaginación puede convertirse en un mecanismo viable de manifestación. Mantenla en tu mente el tiempo suficiente y con la suficiente constancia, e inyecta la fuerza de las emociones, ¡y se hará realidad en el plano físico!