22 diciembre 2024
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Role of the Conscious Mind in Magic

El papel de la mente consciente en la magia

La conciencia en sí misma es inmóvil, como el cielo.
Los contenidos de la conciencia se precipitan en el cielo abierto, igual que el agua surge del océano para formar tormentas y nieblas, pero esta conciencia es en sí misma un espacio quieto y abierto, siempre inmutable.
La conciencia pura de la mente consciente trasciende toda limitación, incluida la forma física, la concepción intelectual, la emoción e incluso el propio tiempo.
La conciencia no pertenece al mundo del tiempo, sino que está fuera de él.
Todos los seres participan de la conciencia única, viviendo y muriendo en ella sin cambiar su naturaleza esencial.
De este modo, cada uno de nosotros participa de lo infinito.
Todas las encarnaciones mortales a lo largo de las eras existen en una simultaneidad intemporal, más allá de la comprensión de la mente pensante.
Podríamos decir más acertadamente que el infinito participa de la aventura del tiempo/espacio a través de cada uno de nosotros.
Conocemos la conciencia pura con muchos nombres, como Rigpa en el budismo tibetano, o el «suelo mental» del budismo zen.
Los yoguis hindúes se refieren al «testigo intemporal», mientras que los filósofos lo denominan la «Divinidad».
No podemos estudiar ni observar esta conciencia pura con nuestras mentes ordinarias, ya que experimentar la conciencia pura es dejar atrás el reino de la mente mundana.
En un espacio de conciencia pura, experimentamos un momento de gran quietud, claridad y revelación en el que la desarmonía deja de existir, y todos los seres retoman su verdadero lugar en la unidad.

El inconsciente

En este espacio de conciencia, experimentamos percepciones, sensaciones, pensamientos, sentimientos, recuerdos, fantasías, creencias profundas y patrones emocionales.
La fuente de éstos es la mente Inconsciente, ese océano que yace bajo el cielo de la mente consciente que lo potencia.
El inconsciente es la reserva de nuestro verdadero ser.
En este mar, la consciencia se sumerge cada vez más profundamente para idear, crear e iluminar la naturaleza y las distorsiones del yo.
El inconsciente es el potenciador al que recurre la mente consciente para tomar decisiones, dar sentido a la vida y transformarse.
El inconsciente es el Despertador.
La conciencia busca sus propias profundidades, buscando su propia potenciación, no siguiendo a un gurú o a un sacerdote, sino encontrando la divinidad interior que posee todas las respuestas que necesitamos.
Esta búsqueda aporta vitalidad y expansión a la mente consciente; sin esta búsqueda, permaneceríamos esclavizados.

¿Y qué?

Sin potenciación, la mente consciente no tiene interioridad, es decir, no tiene acceso a la verdad.
Decimos que alguien es «profundo» cuando expresa una sabiduría que es universal y trasciende la identidad.
Lo que se manifiesta toca y hace resonar la realidad eterna que subyace a las circunstancias efímeras del momento.
Esto sólo ocurre con la potenciación del inconsciente.
Ahondar en la reserva del inconsciente es el camino de la búsqueda espiritual que forma parte integrante de toda magia.
Si permanecemos totalmente dentro de la conciencia del ego, nuestra conciencia se limita al cuerpo, la personalidad, la relación con los demás y la identidad personal.
Estamos atrapados en el mundo tridimensional, confinados por impresiones subjetivas y volátiles, con una conciencia superficial y superficial de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Cuando no buscamos en nuestro interior, nos alejamos del alma y dejamos que la mente consciente sea superficial.
Como dice el Evangelio de Tomás: «Si sacas lo que hay en ti, lo que hay en ti te salvará; si no sacas lo que hay en ti, lo que no saques te destruirá».

Un camino mágico

El Inconsciente es lo que hace que se manifieste la constelación de la identidad, y cuanto más profunda es la exploración en el Inconsciente, más verdadera, real y coherente es la identidad constelada.
Es a través de esta exploración de la mente profunda como descubrimos nuestros verdaderos deseos, es decir, los deseos del alma, y no los de la carne.
Sin deseo no hay evolución, pero sin la potenciación del Inconsciente, los deseos que nos impulsan son superficiales y carecen de sentido.
Nos gusta pensar en la personalidad como algo sobre lo que tenemos control, sin embargo, si observas el curso de tu vida, verás que descubres más que tú determinas tu personalidad.
El papel de la mente consciente en la magia y la creación deliberada de experiencias es mucho más sutil de lo que solemos reconocer, pues lo que parece un papel activo y asertivo es, en última instancia, un papel receptivo y receptivo.
Esto refleja un antiguo principio mágico: Lo que es latente en lo exterior es potente en lo interior; y lo que es potente en lo exterior es latente en lo interior.

Conclusión

La mente consciente es potente en su forma exterior, activa, esforzada y asertiva, pero en realidad está latente en su interior, esperando al Despertador.
El Inconsciente está latente en su forma exterior, inaccesible de forma directa y totalmente receptivo, pero es en esas profundidades de donde procede toda potencia.
El papel de la mente Consciente en la magia es dirigir según la voluntad, para que los efectos creados estén en consonancia con el objetivo más elevado del alma.
Sin embargo, la clave del éxito es que se reciba el objetivo más elevado del alma. Se extrae de la mente consciente, se despierta a la existencia, igual que la luna arrastra tras de sí las mareas del mar.