10 diciembre 2024
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Crítica de la película: Luca

Crítica de la película: Luca

En tiempos persistentemente difíciles, como los que estamos viviendo debido a la pandemia en curso, encontrar entretenimiento que pueda elevarnos emocional y espiritualmente resulta especialmente valioso. Este artículo repasará la película de Pixar Luca, que se estrenó en 2021.

Sinopsis

Luca podría describirse como una película de madurez. La historia se centra en Luca, una criatura marina de 12 años, que anhela explorar el mundo humano. Los tropos de la película están muy trillados y son familiares, por lo que la entrega y la ejecución de los mismos es clave para el éxito o el fracaso de la película.

Ambientada en Italia, la acción se desarrolla en el océano y en el pequeño pueblo junto al mar donde viven Luca, su familia (madre, padre y abuela) y una comunidad de criaturas marinas. Las interacciones con los humanos son escasas, y consisten únicamente en breves avistamientos que alimentan la imaginación y tienen poco que ver con la realidad de qué y quiénes son las criaturas marinas.

La madre de la criatura marina es sobreprotectora, el padre es «torpe» y la abuela es «sabia en los caminos del mundo», y en realidad apoya e incluso anima a Luca a perseguir su deseo de explorar el mundo humano. No es difícil ver una repetición de los temas de La Sirenita, pero con algunas diferencias críticas. A saber, esta película no es una historia romántica y toca temas de actualidad, principalmente la inmigración, lo que inevitablemente implica abordar el miedo al «otro».

No quiero desvelar demasiado de la historia, pero Luca entra en el mundo de la superficie, donde conoce a otro chico que también es criatura marina, Alberto. Alberto vive solo y en el mundo de la superficie, quizá más de lo que vive en el mar. Los chicos entablan amistad y se lanzan a la aventura de explorar juntos el pequeño pueblo pesquero. Los recursos narrativos habituales llevan a todos los personajes a través de diversas transformaciones, que terminan con la revelación de la existencia de la criatura marina y su aceptación por parte de la población humana.

Por qué esta película ahora

No hay duda de que la pandemia está causando una tremenda angustia psicológica a todos los grupos de edad, pero especialmente a los niños. Luca es una amable historia de aventuras, incluso con las diversas escenas de peligro y amenaza que salen al encuentro de Luca y Alberto porque quieren cruzar la frontera entre su cultura y otra.

Uno de los aspectos más interesantes de la película que se maneja bien es el aislamiento de Alberto y lo importante que es para cualquiera sentirse conectado y cuidado. Como en cualquier historia que trate de jóvenes, que es el público objetivo de la mayoría de las películas de Pixar, una comprensión ingenua y esperanzada del mundo impulsada por los protagonistas se enfrenta a los miedos tradicionales y excluyentes de los adultos para impulsar la transformación hacia la inclusión y alejarse de la separación, que es una fuente constante de sufrimiento para varios personajes.

Relatable…

Para muchos niños, la pandemia supuso la interrupción total de su vida cotidiana, obligándoles a asistir a la escuela desde casa y a través de Internet. Estaban esencialmente aislados de sus interacciones sociales familiares. Aunque es obvio lo valiosa que puede ser la película para los niños del grupo de edad correspondiente a los personajes, de 10 a 14 años, también es una película excelente para los adultos, pues nos recuerda que una sociedad integrada es mucho más rica y segura que una tribal, en la que los grupos viven temiéndose unos a otros, alimentando la agresividad a causa de la ignorancia.

Los niños varones que tengan la misma edad que los personajes de la película deberían encontrar muchos momentos para relacionarse con lo que les ocurre a los protagonistas, Luca y Alberto. La secundaria, pero importante niña, Guilia, desempeña un papel catalizador para Luca, introduciéndole en las materias escolares y en el proceso de aprendizaje mediante el estudio de los libros. También desencadena un conflicto clave entre Luca y Alberto que hace avanzar la historia de forma significativa.

Al final de la película, todos los personajes excepto el villano, un chico mayor (probablemente de 16 a 17 años), Ercole, experimentan una transformación y «maduran». La revelación de que Luca y Alberto son criaturas marinas, y la aceptación de su existencia como integración y no como destrucción, refuerza el tema de que las comunidades con diversidad son más fuertes, sanas y seguras que las que no la tienen.

Recomiendo encarecidamente esta película, como consejera espiritual y como madre. Yo misma conecté fuertemente con la película porque me encontré como una intrusa intentando encajar cada vez que nos mudábamos cuando tenía la misma edad que los personajes principales. Esta conexión con la historia fue especialmente cierta cuando una de mis mudanzas me llevó del Sur (Carolina del Norte) al Norte (Massachusetts) y de nuevo al Sur (Carolina del Norte otra vez, con cuatro años de por medio).

También tengo una situación actual que encontré reflejada en la película, con mi mujer, que es de Sudáfrica, y el proceso que hemos pasado para conseguir su Tarjeta Verde, y una para mi hijastra. Averiguar cómo integrarse cuando eres de una cultura diferente, encontrar familia si estás desplazado, y ver la indiferencia buena, es un tema constante de la vida, que hace de Luca una película muy buena en cuanto a cómo trata todos estos temas a través de la lente de los personajes jóvenes y mayores.