5 noviembre 2024
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¿Cómo crearte un buen karma?

¿Cómo crearte un buen karma?

Karma procede de un término sánscrito (la lengua escrita de la India) que significa «acción».
La palabra se refiere no sólo a nuestros actos, sino también a nuestros pensamientos y palabras.

Según la Ley del Karma, nuestras acciones producen consecuencias similares, tanto positivas como negativas.
Sin embargo, hay formas de crear un buen karma y llevar una vida feliz.

La Ley del Karma

Podríamos decir que la ley del karma es una versión asiática del famoso proverbio «Recoges lo que siembras».
Todos los días pensamos cosas, decimos cosas y hacemos cosas de cuyas consecuencias no somos realmente conscientes.
El hecho es que todas nuestras acciones (causas) tienen repercusiones (consecuencias) similares a las que nos empujaron a realizarlas en primer lugar.
Estas consecuencias, a su vez, se convierten en las causas de otras acciones… y así sucesivamente en una cadena interminable de causa y efecto.
Por eso la ley del karma también se llama ley de la causalidad, o ley de causa y efecto

¿Cómo funciona el Karma?

Si tienes malos pensamientos sobre alguien, esos pensamientos conducirán inevitablemente a palabras y actos negativos dirigidos a la persona en cuestión.
El problema es que nunca sabes adónde te llevará la cadena de negatividad.
En muchos casos, ¡las repercusiones son aún más negativas que su causa!
¡Podrías caer en una espiral descendente de causas y efectos destructivos que se vuelve totalmente incontrolable!
En cambio, si tus palabras, pensamientos y actos hacia los demás son benévolos, plantarás semillas que acabarán germinando y te aportarán beneficios de un tipo u otro.
Una actitud positiva hacia ti mismo y hacia los demás sólo dará frutos si tus acciones son desinteresadas.
No debes tener ninguna idea subyacente en tu mente, sino simplemente esperar a que los demás te devuelvan tu benevolencia en especie, dándote las gracias y mostrándote su reconocimiento…

Si esperas otra cosa, socavarás tus acciones positivas y te impedirás beneficiarte de la semilla que plantaste.
En el mejor de los casos, lo que recibas a cambio será muy limitado.
Pero si actúas sin esperar nada a cambio, cosecharás beneficios ilimitados todo el tiempo.
La noción de «positivo» y «negativo» no tiene nada en común con las nociones de Bien y Mal que han propagado ampliamente diversas religiones y tradiciones, especialmente el judaísmo, el cristianismo y el islam.
En el budismo y el hinduismo, creer en la ley del karma no está relacionado con el concepto de pecado.
En otras palabras, no existe una lista de acciones consideradas buenas o malas, ni la noción de culpa si haces algo que se considera incorrecto.
En estas filosofías, sólo existe la noción de una cadena de causa y efecto, en la que las causas producen efectos de la misma naturaleza, ya sean positivos o negativos.

La Ley del Karma es Infinita

La ley de causa y efecto no se detiene cuando morimos.
Debe considerarse en términos de reencarnación, una creencia en vidas pasadas y futuras.
El hecho es que, según la Ley del Karma, vivimos muchas vidas y renacemos muchas veces.
Sólo podremos alcanzar la iluminación y liberarnos del ciclo de muerte y renacimiento cuando hayamos abordado y resuelto todo nuestro mal karma.
Según la ley kármica, los efectos de nuestras palabras, actos y pensamientos no dejan de existir cuando morimos.
Nos acompañan en nuestra siguiente reencarnación y siguen haciéndolo hasta que hayamos compensado nuestro mal karma con actos positivos.
En la filosofía kármica, cada nueva reencarnación depende de tu karma pasado.
Cada vez que experimentas la muerte física, renaces en un país concreto, en una familia específica, como hombre o como mujer, en un medio social elevado o en la pobreza y la miseria… todo ello en función de tu karma anterior.
En términos generales, podríamos decir que cuanto más daño hayas causado en una vida, más difícil será la situación en tu próxima encarnación, proporcionalmente a las cosas negativas que hayas hecho en tu vida anterior.
El ciclo de la reencarnación no es infinito, ya que puedes elevarte por encima de él haciendo cosas positivas por los demás que borrarán las consecuencias de tus pensamientos, palabras y actos negativos, cometidos en tus vidas anteriores.
No hay fatalidad en esta noción del karma y las vidas pasadas, excepto cuando no somos conscientes de la naturaleza de las consecuencias de nuestros actos.
Si no somos conscientes de que nuestras acciones negativas tienen consecuencias perjudiciales, tanto para nosotros como para los demás, entonces es más fácil comprender por qué fracasan nuestros esfuerzos.
Las personas que ignoran la noción de causa y efecto piensan que simplemente tienen mala suerte.
La realidad es que las cosas que les ocurren, que consideran causadas por la mala suerte, no son más que las consecuencias de sus actos.

Cómo deshacerse del mal karma

Las nociones de karma y de vidas pasadas, al estar indisolublemente unidas, también te permiten contemplar la vida desde otra perspectiva.
Cuando comprendes que eres plenamente responsable de tus actos y que desempeñas un papel muy importante en todo lo que te ocurre, sea positivo o negativo, dejas de culpar a los demás de tus desgracias.
Debes buscar las respuestas a tus preguntas, las soluciones a tus problemas y las ideas para desarrollar tus planes y proyectos, en tu interior.
Si lo que intentas hacer no tiene éxito, o si no tienes la vida que deseas, no debes hacerte sentir culpable pensando que no eres una buena persona, incapaz de lograr nada.
Limítate a decirte a ti mismo que tus pensamientos, palabras y actos no te han permitido alcanzar tus objetivos ni hacer realidad tus deseos.
Sobre todo, no reacciones de forma emocional, ni contigo mismo ni con los demás.
Podrías sentir resentimiento contra las personas que crees responsables, en parte o en su totalidad, de tus desgracias.
Eso sería contraproducente.
Si comprendes la ley del karma, hablar y actuar de forma negativa sólo creará más obstáculos entre tú y la felicidad que buscas.

Cómo atraer el buen karma

Debes realizar acciones positivas en el sentido kármico (pensamientos, palabras y actos), ya que si lo haces, según la lógica kármica, sólo pueden tener consecuencias positivas.
Comportarte así no sólo te librará de tu karma negativo, sino que te proporcionará los beneficios de tu buen karma para el resto de tu vida.

Recuerda que tus acciones, desde el punto de vista kármico, no son ni positivas ni negativas.
Es la forma en que juzgamos nuestras acciones y sus consecuencias lo que hace que las consideremos positivas o negativas, buenas o malas.
La forma en que las veas depende de tu estado de ánimo.
Pero desde un punto de vista kármico, tus acciones no obedecen a ningún juicio de valor que puedas hacer.
En realidad, sólo tu punto de vista decide si una acción es positiva o negativa.
Si alguien te debe dinero y te enfadas, hasta el punto de agredirle físicamente para conseguir lo que te pertenece, entonces juzgarás la acción de la agresión como positiva, ya que te devuelve el dinero.
Pero para la otra persona, tu agresión le dejará un regusto amargo y la considerará negativa.
En resumen, desde un punto de vista kármico, una acción no es ni buena ni mala.
Es cómo la miras lo que decide si los resultados que obtienes son positivos o negativos.
Sobre todo, no pienses que si no actúas, no puede pasarte nada negativo.
La inacción es una forma de acción pasiva y negativa, ya que pierdes el tiempo sin realizar actos positivos que podrían mejorar tu situación y beneficiarte creando karma positivo.

¡Las raíces están en tus vidas pasadas!

Para evitar la confusión al utilizar los términos positivo y negativo, bueno o malo, debes referirte a tus acciones como constructivas o destructivas.
Esta forma de ver las cosas evitará la carga emocional que supone etiquetar algo como bueno o malo, según tu cultura, tu educación y el tipo de personas con las que te relacionas.

Para resumir la noción de Karma de un modo que no deje la huella de la filosofía judeocristiana del bien y del mal y sus connotaciones asociadas, podríamos decir que el hecho de realizar acciones destructivas tendrá consecuencias destructivas, mientras que las acciones constructivas generan consecuencias constructivas.
Además, como nuestras acciones nos acompañan de una vida a otra, a veces resulta difícil comprender las causas de nuestros problemas actuales, ya que sus raíces pueden encontrarse en una vida anterior.
Teniendo esto en cuenta, podrías plantearte hacer terapia de regresión con un especialista en la materia.
O podrías intentar deshacerte tú mismo de los efectos destructivos en tu karma, realizando acciones constructivas a partir de ahora.
Ésa es la solución que te ofrecemos ahora.

Cinco maneras de crear y cultivar el buen karma

Según la ley del karma, si realizas acciones constructivas y virtuosas (de pensamiento, palabra y obra) acabarás purificando tu mal karma.
Existe una forma práctica de hacerlo, como se describe a continuación.

Sé amable en cualquier circunstancia

No hablo de ser demasiado amable y dejarse engañar.
La verdadera amabilidad consiste en reaccionar por igual ante todas las personas y tratar a todos por igual.
La verdadera amabilidad consiste en ser amable con todo el mundo, no perder nunca los nervios y ser comprensivo ayudando a la gente en todo lo posible, pero siempre de forma desinteresada.

Demuestra tu amor incondicional

Ser una persona cariñosa es una de las mejores formas de deshacerse del karma negativo y crear karma positivo, siempre que seas altruista y no esperes nada a cambio.
Siempre que puedas, demuestra tu amor a la gente manteniendo buenas relaciones con ella.
No es necesario que abraces a todas las personas que conozcas.
Simplemente dales alguna prueba de tu amor por ellos.
Puedes abrazar a las personas, darles pequeñas muestras de ánimo, sonreírles o ser respetuoso y comprensivo, según lo cerca que te sientas de ellas.
Sé amable con la gente de tu familia, con tus colegas sociales y profesionales, y con cualquier otra persona que conozcas.

Practica la escucha constructiva

La mayoría de las veces, cuando las personas se conocen y empiezan a hablar, escuchan lo que ellas mismas dicen, y no a la otra persona.
Es como tener dos monólogos en marcha al mismo tiempo: cada uno habla de su propia situación, esperando que el otro comprenda y simpatice con sus problemas.
Cuando habla otra persona, escuchas distraídamente, sin interesarte realmente por lo que dice.
Puede que empieces a pensar en otra cosa, como si tu mente estuviera «en otra parte», hasta que te toque hablar de nuevo.
Para restablecer el buen karma, practica escuchar realmente a los demás.
Presta atención a lo que te dicen.
Sé comprensivo e intenta entender realmente sus problemas.
Haz todo lo que puedas para ayudarles, mediante tus palabras y tus acciones concretas.
En resumen, escucha a la gente e intenta ser tan comprensivo como esperas que lo sean contigo.

Intenta resolver todos los problemas de forma positiva y pacífica

Hay una famosa expresión que dice: «¡No eches aceite al fuego!».
Tanto si crees que tienes razón como si no, y tanto si la tienes como si no, asumir la responsabilidad de una situación difícil significa no culpar a la otra persona.
Haz todo lo que puedas para resolver una situación de forma pacífica, sin acusar a nadie de estar equivocado.
Si te equivocas, reconócelo.
Hacerlo no será un signo de debilidad, sino de gran valentía.
No cedas a la violencia física o verbal, aunque la otra persona se muestre agresiva contigo.
Desescalar la situación, y cuando la otra persona se calme sugerir una solución con la que todos puedan estar de acuerdo.

Perdona en cualquier circunstancia

Por grave que sea el daño que hayas sufrido, perdona a la otra persona y no reacciones de la misma manera, siendo brutal o agresivo.
Hacerlo puede satisfacer tu orgullo, tus sentimientos de superioridad, o compensar la impresión de que estás siendo débil.
Eso sólo sembrará las semillas de una mayor discordia, y conducirá a una situación aún peor y mucho más perjudicial para ti y/o para la otra persona.
Ese tipo de comportamiento negativo puede desembocar en un odio que dure años, o degenerar en una enemistad entre familias, entre una pareja, o incluso en la misma familia, y acabar desembocando en una guerra entre dos grupos de personas.
Elimina todos los pensamientos de resentimiento, arrepentimiento y remordimiento, por muy profundos y prolongados que sean.

Conclusión: Adopta una actitud positiva

Debes intentar, a título personal, adoptar una actitud positiva y constructiva utilizando tu imaginación.
Eso sentará las bases de tu buen karma y de tu felicidad.
Un día te liberarás de los efectos de tus vidas pasadas y experimentarás un nivel superior de conciencia y un estado de satisfacción total que te resguardará de todo sufrimiento terrenal.
Según la Ley del Karma, ésa es la única forma de encontrar la verdadera felicidad en tu mente, desligada de todos los deseos terrestres que, de otro modo, te mantendrían atrapado para siempre en un ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación.