23 diciembre 2024
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¿Cómo crear un espacio sagrado?

¿Cómo crear un espacio sagrado?

El espacio ritual es como el alambique alquímico que contiene el fluido onírico de nuestra intención. Podemos tener las intenciones espirituales más elevadas del mundo, pero si no se les da un recipiente sólido y resistente, pueden derramarse en todas direcciones, o evaporarse en el aire.

Un espacio sagrado debe facilitar el movimiento de la energía espiritual en una dirección precisa. El primer requisito es que el espacio fomente la concentración. El segundo es que el espacio estimule la imaginación emocional. El tercer requisito para un espacio sagrado es que debe ayudar a «perderse»; hay que ser capaz de dejar a un lado la mente consciente y dejar que la mente subconsciente «tome el control». Por último, el espacio debe estar ordenado en torno a principios cósmicos, de modo que se entre en contacto con las fuerzas relevantes y se aproveche su energía.

¿Cómo crear un espacio sagrado?

Es necesario establecer límites para fomentar la concentración. Un espacio sagrado debe apartarse de todas las demás actividades y utilizarse sólo para la meditación, la contemplación, la limpieza y el ritual.

Boundaries

Elige un lugar libre de ruidos y actividades mundanas donde te sientas cómodo, pero alerta. El entorno debe ser tranquilo y propicio para la relajación y la meditación.

Si respetas los límites de este espacio sagrado excluyendo de él todas las influencias excepto las más elevadas, descubrirás que en esa zona se acumula una energía de gran apoyo.

A medida que practiques ser disciplinado, centrado y devocional en este espacio, se acumulará el impulso de un tipo autoperpetuador, y pronto te encontrarás más centrado y elevado en cuanto entres en este espacio, a medida que el impulso del trabajo anterior te absorba.

Esto es lo que experimentamos cuando peregrinamos a lugares santos o monasterios; además de las energías sagradas inherentes a ciertos lugares, percibimos la huella energética de tantas oraciones a lo largo de tantos siglos.

Nos sentimos inmediatamente centrados y elevados en los lugares donde la gente ha pasado tantos millones de horas en profunda contemplación. Puede haber un templo físico que concentre los sentidos físicos, pero es la construcción del templo astral lo que nos afecta en niveles más sutiles.

Si vives en entornos en los que el espacio tranquilo es limitado, puede ser necesario crear un campo protector. Puedes crear un templo etérico siempre que lo necesites, y esto es tan eficaz como tener reservado un espacio físico.

Para ello, puedes utilizar un ritual de destierro o un saludo a las cuatro direcciones, o puedes crear un círculo mágico con un sahumerio o un quemador de incienso.

Como alternativa, puedes colocar un cristal generador de cuarzo transparente en cada esquina, con las terminaciones apuntando hacia el centro de la habitación.

A continuación, colócate en el centro de la habitación, sosteniendo un quinto cristal generador de cuarzo transparente, y limpia cada dirección. Cada uno de estos métodos sellará la habitación contra las influencias externas intrusivas y creará un espacio sagrado temporal.

Limpieza

Antes y después de utilizar tu espacio sagrado, es importante limpiar el aire de cualquier residuo psíquico que pueda estar acechando en el entorno. Hay varias formas de conseguirlo.

Puedes simplemente abrir las ventanas y las puertas y dejar que circule el aire fresco, dejando que la luz del sol entre sobre todos tus objetos sagrados. También puedes emborronar con cedro o salvia.

Si deseas limpiar con fuego, puedes encender velas y quemarlas durante al menos diez minutos. También puedes colocar un cuenco de sal natural en el centro de tu espacio para absorber las influencias negativas.

Limpiar tu espacio sagrado refuerza ante tu mente subconsciente que se trata de una zona especial, preciosa y elevada.

Este tipo de compromiso sutil con tu espacio sagrado es muy importante, por simple que parezca. Como ocurre con cualquier acción ritual, cuanta más atención y cuidado prestes a este espacio, más fuerte crecerá su poder.

Las molestias que te tomas para cuidar este espacio te ayudan a prolongar tu concentración en él, y esto acumula más energía positiva en la zona.

Altar

Un altar es una zona, a menudo elevada, reservada para limpiar y purificar objetos, crear talismanes, sintonizar con poderes superiores y realizar magia. Sirve como punto de concentración y suele mostrar imágenes, símbolos o utensilios que invocan la esencia del poder invocado.

No debe haber nada superfluo en tu altar, ni nada colocado allí con el mero propósito de decorarlo. El objetivo del altar es ofrecerte un estímulo visual que facilite que tu mente permanezca centrada en el propósito que has elegido.

Sólo debe mostrarse aquello que invoque las energías pertinentes, o que contribuya a reforzar tu sensación de poder, concentración o devoción. No querrás, en medio de una meditación importante, echar un vistazo a una foto familiar, y que luego tu mente divague hacia un recuerdo lejano de tus vacaciones de verano en el lago.

El altar debe apoyar tu intención de permanecer en un estado altamente elevado y santificado. Su finalidad es ayudar a la concentración y exaltar la imaginación.

Por tanto, sé extremadamente deliberado con lo que colocas sobre este altar. No es necesario un despliegue elaborado. El más modesto de los altares -un vaso de agua, por ejemplo- puede ser tan profundamente eficaz como cualquier otro si lo utiliza una persona de mente clara y corazón puro.

Plantas, minerales y elementos

El incienso, las flores y los cristales pueden añadirse al altar de piedra siempre que estén en sintonía con tu necesidad mágica, o si los consideras objetos de poder: aquellas cosas que aumentan o mejoran tu capacidad de elevar y enviar energía.

Las plantas y las hierbas son un elemento universal en la ceremonia porque el sentido del olfato es una de las facultades más antiguas del cerebro. El olor del cedro, la salvia, el incienso o incluso el simple fuego activa instantáneamente una parte primordial y profundamente poderosa de la mente.

Los poderes que normalmente permanecen dormidos se despiertan y se despiertan simplemente con el estímulo del olor del incensario, que comunica a una parte mucho más primitiva de la mente que algo sagrado e importante está ocurriendo.

Las plantas pueden sernos muy útiles en las ceremonias cuando tenemos dificultades para concentrarnos por este motivo, tanto si se fuman, se ingieren, se hacen como ofrendas o se queman como incienso.

Como con cualquier otra cosa, experimenta y encuentra lo que funciona para ti. Observa los efectos cuando se añaden ciertos elementos a tu espacio, y los efectos cuando se quitan.