27 septiembre 2024
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Chamanismo: ¿Cómo utilizar el sonido para sanar tu alma?

Chamanismo: ¿Cómo utilizar el sonido para sanar tu alma?

La Sanación chamánica con sonidos es cualquier modo de sonido organizado que facilite la transmutación de la energía en el cuerpo.
Los modos habituales de este trabajo curativo incluyen el canto, los cánticos, los gongs, los cuencos tibetanos, las flautas y los silbatos.

La sanación con sonido funciona a través de la frecuencia.
Las células de nuestro cuerpo vibran actualmente en una resonancia determinada como resultado de nuestros hábitos físicos, emocionales y mentales.
Los pensamientos que tenemos, las sustancias que ingerimos, las emociones que albergamos, expresamos o reprimimos, las experiencias que vivimos y los entornos en los que vivimos nos afectan a nivel celular.
Estos factores pueden dejar huellas duraderas de sí mismos, permaneciendo en la memoria celular durante días, semanas e incluso años.

Planos Sutiles

No es fácil acceder a lo que se guarda en la memoria celular mediante la intervención terapéutica de la mente consciente o los medicamentos físicos.
Podemos creer que estamos completamente curados de un trauma concreto a nivel emocional o físico, pero nuestras células siguen aferradas a la experiencia, «convencidas» de que la situación traumática sigue ocurriendo.
En tal caso, las modalidades chamánicas como la sanación con sonido pueden ser tremendamente beneficiosas, ya que el sonido puede impregnar el plano celular del cuerpo, catalizando la transmutación de la energía en el plano sutil de la frecuencia.
La reverberación de tonos cuidadosamente elegidos que impregnan nuestras células, tejidos, músculos, huesos y cerebro puede producir resultados muy notables tanto en lo que respecta a la energía física como a la extensión de la conciencia.
Nuestras células responden inmediatamente a los cambios en el campo magnético de la habitación cuando se introduce dicho sonido, y esto cataliza cambios en nuestro sistema nervioso, estado emocional y cuerpos físicos.
En el plano espiritual, la terapia de sonido dirige las corrientes de energía en el aura, cultivando los chakras y los canales que los conectan, que pueden entrenarse igual que los músculos.
Este fenómeno se produce mediante la inducción.
Si pulsas y mantienes pulsada la tecla de un piano con la suficiente suavidad como para que no suene, y luego pulsas simultáneamente otra tecla, la primera sonará en la misma nota que la segunda, aunque estén separadas por octavas.
Esto es la inducción.
Cuando se crea una oportunidad, una vibración se arrastra a otra, de modo que ambas reverberan en la misma frecuencia.
En la sanación chamánica con sonido, se pone al paciente en un trance ligero o en un estado de relajación profunda para que, cuando se introduzca el sonido, las células del cuerpo se acoplen a la frecuencia del sonido.

Frecuencias Primordiales

Es importante darse cuenta de que, aunque oímos el sonido mediante los oídos, en realidad estamos bañados en el mar de la vibración que es el sonido todo el tiempo, incluso cuando nuestros oídos o nuestras mentes no lo registran.
El sonido que golpea en nuestros tímpanos es sólo una pequeña parte de la vibración sonora real, y es esta parte mayor la que golpea tanto en el propio cuerpo como en las superficies circundantes.
Para una persona normal, esto puede parecer insignificante, pero para el buscador espiritual es una consideración muy importante.
Cuando nos encontramos con una nota determinada, nuestras auras se infunden no sólo con un sonido, sino con una frecuencia, pues cada nota es una expresión sonora de una fuerza arquetípica.
Una frecuencia no es una entidad estática, sino un modo de funcionamiento, una forma de ser, un carácter, un estado de cambio o tendencia en movimiento.
Por tanto, sus manifestaciones son innumerables, ya que puede aparecer en todas y cada una de las esferas de la actividad vital.
Podemos encontrar la misma frecuencia a través de diferentes órganos de percepción o facultades de la mente.
Una frecuencia puede manifestarse como un determinado color a los ojos, un determinado sonido a los oídos, un determinado estado de ánimo en la facultad emocional, una determinada medicina en el reino vegetal, un determinado número, símbolo, gesto o deidad en una ceremonia, o un determinado modo de conciencia, percepción o relación en una situación dada.
La frecuencia que representa visualmente como VERDE un color también tiene una manifestación en el reino mineral y en el zodíaco celeste; hay una nota que es el modo sónico de esta frecuencia, y esta frecuencia también corresponde en psicología esotérica a todo un modo de conciencia, cualidad de idea y dominio de experiencia vital.
Todos hemos sentido la posesión de uno de estos modos arquetípicos, como si nos vistiera como una prenda algún agente primordial que actúa a través de nosotros; ésta es la experiencia de acoplarse a una frecuencia determinada.

Conexión Mente-Cuerpo

Cuando introducimos una frecuencia en el campo energético, crea cambios en la conciencia, que a su vez crean cambios en nuestro cuerpo físico o en nuestras circunstancias.
Al entrar en el «portal» a la dimensión de una determinada frecuencia, podemos traducirla a nivel físico, emocional y mental.
Según cómo estemos traduciendo la frecuencia, podemos iniciarnos en una determinada filosofía o forma de pensamiento; podemos tener una revelación a través de una epifanía o una visión.
Podemos descubrir un nivel más profundo de sentimiento o emoción del que no éramos conscientes, recuperar recuerdos perdidos o sentir sensaciones sutiles, casi físicas, como pesadez, zumbido, flotar, girar, calor, frío, etc.
Todas ellas son formas diferentes en que nuestras auras traducen, «metabolizan» o integran las frecuencias que se infunden en nuestros campos a través del vehículo del sonido.
Estos diferentes efectos se han estudiado e interpretado como los resultados de diferentes estados de las ondas cerebrales.
Los científicos han observado que ciertas actividades parecen transpirar cuando se inducen determinados estados de ondas cerebrales a través del sonido.
Los estados Beta corresponden a la relajación, los Alfa a la curación, los Theta a los encuentros con el Yo Superior y la conciencia espiritual, y los Delta al sueño profundo.
Este principio de resonancia simpática o inducción es la clave de todo trabajo mágico, ritual y chamánico, de toda curación metafísica y de todo estudio esotérico.
Prácticas sencillas como meditar sobre un color o tararear un sonido tienen consecuencias de gran alcance.
El volumen y el timbre también afectan a la frecuencia que se transporta al cuerpo.
Experimenta cómo afectan a tu mente, corazón y cuerpo los distintos tonos, instrumentos, sonidos vocálicos, volúmenes y octavas.