28 septiembre 2024
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¿Qué es la canalización?

¿Qué es la canalización?

En el proceso de Canalización, uno establece contacto con una entidad que reside en un plano superior y permite que esta entidad utilice el vehículo del cuerpo para expresarse. El médium o canal es como un iceberg, sólo una parte del todo completo, que recibe orientación y enseñanzas de seres internos de nivel superior que no están encarnados físicamente.

El médium es como el terminal de tierra de un circuito eléctrico, que conecta a tierra la visión, la inspiración y la guía del adepto interior en forma. Ocasionalmente nacen personas inusuales que poseen la capacidad de establecer contacto con los planos superiores de forma natural; sin embargo, normalmente, convertirse en un canal requiere un entrenamiento exhaustivo.

Abrir líneas de comunicación

Antes de canalizar, debemos aprender a contactar y comunicarnos con estos maestros de nivel superior. Como nuestro nivel de conciencia suele tener una orientación bastante mundana, y el suyo se basa en un nivel de inteligencia mucho más elevado, para poder comunicarnos, debemos aprender a elevar el nivel de nuestra propia conciencia hacia la suya.

Como los mineros que construyen un túnel a través de una montaña perforando agujeros desde extremos opuestos, debemos establecer una vía de contacto por nuestro lado, mientras los adeptos interiores hacen lo mismo por el otro. Si nuestros cálculos son precisos y nuestros esfuerzos coherentes, nos encontraremos en el medio y estableceremos una vía de comunicación.

Otra forma de explicar este proceso es en términos de frecuencia. Los adeptos del plano interior podrían concebirse como transmisores en una determinada banda de radio de alta frecuencia. Podemos concebir nuestra propia conciencia como una radio, sintonizada en la frecuencia más baja de las percepciones sensoriales y del mundo material burdo. Para recibir la información transmitida desde los planos interiores, debemos cambiar el dial y volver a sintonizarlo en una emisora diferente, de modo que podamos recibir la banda de ondas deseada.

Convertirse en canal implica, pues, ser capaz de elevar la conciencia a voluntad. Esto requiere una concentración y una fuerza de enfoque exquisitas, pues hay que ser capaz de retirar la atención del mundo físico y del cuerpo para escuchar la música de las esferas celestiales. Hay que ser capaz de desplazar el foco de la conciencia de la esfera objetiva a la subjetiva. El contacto con las entidades superiores también requiere un corazón abierto, porque la frecuencia del amor incondicional es la banda de ondas en la que residen estas entidades.

La vibración de los guías astrales

Al retirar la conciencia del mundo objetivo, el ego se libera de las limitaciones de los sentidos físicos y del cerebro, y así puede emprender una actividad independiente en los planos superiores. Para percibir las impresiones sutiles de estos reinos más delicados, es necesario inhibir las impresiones más fuertes de los sentidos físicos. Por esta razón, los médiums suelen necesitar habitaciones oscuras y pueden tumbarse o colocarse bajo mantas calientes. Un canal debe estar totalmente relajado y cómodo, pues cualquier cosa que atraiga la atención hacia el mundo objetivo interrumpe la concentración de la atención en el mundo subjetivo, e impide así la oclusión de la conciencia y la entrada en trance.

Una vez en la banda de ondas superior, uno puede sintonizar con precisión la identidad de un contacto interior concreto, pues hay muchos seres individualizados en los planos superiores.

Establecer contacto con un guía o maestro concreto se hace encontrando el «tono de sentimiento» de este guía. Los seres del plano interior tienen presencias palpables, caracteres o hilos de energía por los que se les puede reconocer. Ciertas palabras o imágenes que evocan la esencia del guía buscado pueden ser útiles en esta búsqueda. El canal puede memorizar imágenes del guía o recordar información o palabras que conjuren la sensación de su energía.

Una vez que el canal ha establecido contacto con un guía por primera vez, puede memorizar la sensación de esta energía abstracta y utilizarla como piedra de toque para establecer contacto en el futuro, escaneando la banda de ondas para encontrar la sensación familiar.

Estar en dos planos a la vez

Una vez establecido el contacto, el canal puede entablar conversación con el guía planteando preguntas y recibiendo respuestas. Esto también requiere sutileza y habilidad, ya que para plantear preguntas o repetir las respuestas dadas a cualquier persona presente en la sala, el canal debe restablecer el contacto con el cuerpo físico del que se ha retirado. Se necesita mucha práctica para que un canal aprenda a permanecer presente y en control mientras participa en dos planos diferentes a la vez.

La preocupación típica cuando uno está aprendiendo a canalizar es la sospecha solapada de que se lo está inventando todo. ¿Cómo sabemos que realmente estamos canalizando algo fuera de nuestra propia psique, y cómo podemos estar seguros de que se trata de una fuente benévola o veraz?

Una buena regla general se encuentra en el viejo adagio: «por sus frutos los conoceréis». Es decir, sabemos si estamos canalizando de verdad, en primer lugar, por la calidad de la propia experiencia de canalización y, en segundo lugar, por la calidad del contenido que nos llega.

Para concluir

La frecuencia de los maestros en los planos superiores es extraordinariamente elevada, por lo que el canal sentirá una intensa apertura del corazón al entrar en contacto genuino con ellos. Se trata de una experiencia distintiva e inconfundible que el canal sabrá intuitivamente que es auténtica. Una vez finalizada la comunicación, queda un «residuo» de este estado de alta frecuencia, como si uno hubiera sido «tocado», y perdurará la sensación de un vínculo de amor incondicional con ese ser del plano interior.

La calidad del contenido que ha llegado tendrá una cualidad numinosa similar o, al menos, de un orden moral elevado. Cuando se aprende a canalizar por primera vez, hay que valorar el contenido que llega con objetividad sensata. Si la supuesta comunicación consiste en tonterías, información con la que el alumno ya estaba familiarizado, o aconseja una acción de ética cuestionable, puede que se necesite más práctica.