Reseña del libro: I’m OK – You’re OK de Thomas Anthony Harris

La Pandemia sigue cobrándose un precio devastador en vidas humanas, vitalidad económica y bienestar mental. A diferencia de los acontecimientos destructivos que tienen un efecto finito y repercutible, como el tsunami que asoló Japón el 11 de marzo de 2011 o los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, la Pandemia persiste y sigue afectando a nuestras vidas, y continúa más de un año después de que se notificaran las primeras infecciones, sin que se vislumbre un final inmediato.

El daño y la tensión continuos del virus COVID requieren tanta ayuda mental y espiritual como la necesidad de vacunas para ayudar físicamente. Con esta preocupación en mente, quiero compartir un libro bastante apropiado para estos tiempos difíciles. Se titula I’m OK – You’re OK, de Thomas Anthony Harris.

Thomas Anthony Harris

Thomas Anthony Harris fue un psiquiatra estadounidense nacido el 18 de abril de 1910. Falleció el 4 de mayo de 1995. Escribió dos libros, I’m OK – You’re Okay, publicado en 1969, y una continuación, Staying OK, escrito con su esposa y publicado en 1985.

Practicó el Análisis Transaccional como técnica terapéutica y el concepto constituyó la base de su libro.

Análisis Transaccional

El Análisis Transaccional (AT) es una teoría psicoanalítica y un método de terapia que utiliza el estudio de las transacciones sociales para determinar el estado psicológico de una persona como base para comprender su comportamiento. Existen esencialmente tres estados: paterno, infantil o adulto. En las transacciones entre individuos (niño/niño, niño/adulto y adulto/adulto), la persona aprende a resolver problemas emocionales. El método rompe con el psicoanálisis freudiano, que se centra en aumentar la conciencia de las propias creencias subconscientes. Su amigo y colega, Eric Berne, desarrolló el concepto y el paradigma del análisis transaccional a finales de la década de 1950.

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Sobre el libro

De la contraportada de la edición de 2004:

El Análisis Transaccional delinea tres estados del yo (Padre, Adulto y Niño) como base del contenido y la calidad de la comunicación interpersonal. A pesar de la «infancia feliz», dice Harris, la mayoría de nosotros vivimos los sentimientos nada agradables de un niño indefenso totalmente dependiente de otros (padres) para que le acaricien y le cuiden. En algún momento temprano de nuestras vidas adoptamos una «posición» sobre nosotros mismos y los demás que determina cómo nos sentimos respecto a todo lo que hacemos. Y para una gran parte de la población, esa posición es «Yo no estoy bien-Tú estás bien». Esta «posición vital» negativa, compartida por personas de éxito y de fracaso por igual, contamina nuestras capacidades racionales adultas, dejándonos vulnerables a las reacciones emocionales inapropiadas de nuestro «estado infantil» y al comportamiento aprendido acríticamente y programado en nuestro «estado parental». Al explorar la estructura de nuestras personalidades y comprender las antiguas decisiones, Harris cree que podemos encontrar la libertad para cambiar nuestras vidas.

El libro comienza con una Introducción: Está bien no estar bien, seguido de ocho capítulos:

1. Da el primer paso
2. Admite que estás atascado y luchando
3. Cambia tu forma de pensar
4. Enfréntate a los «y si…» aunque tengas miedo
5. Deja ir lo que no puedes controlar
6. Supera la decepción
7. Celebra tus cicatrices como tatuajes de triunfo
8. Decide volver a empezar… y otra vez

El libro termina con Conclusión: Fuiste hecho para más, Agradecimientos, Notas y Sobre el autor.

Las cuatro dinámicas

• Yo no estoy bien – Tú estás bien: la postura de «ojalá pudiera hacer eso tan bien como tú».
• Yo estoy bien – Tú no estás bien: la posición de «tú no lo estás haciendo bien – déjame que te enseñe»
• No estoy bien – No estás bien: la posición desesperada, «oh, esto es terrible – nunca lo conseguiremos»
• Estoy bien – Estás bien: la postura sana, «oye, ahora estamos progresando bien»

El libro entró en la lista de bestsellers del New York Times en 1972 y se calcula que se han vendido más de 15 millones de ejemplares desde su publicación.

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El modelo Padres, Adultos, Niños (P-A-C)

Hay tres estados del yo que se disputan la posición dentro de la psique humana. El estado Padre es lo que recibimos de nuestro progenitor o progenitores y que interiorizamos. Paralelamente a la entrada de los Padres está nuestro estado Infantil, que es lo que sentimos y sentíamos durante la infancia acerca de nuestras interacciones con los demás y los acontecimientos de la vida. El estado Adulto comienza en la infancia y es un estado del yo que desarrollamos al formar nuestras propias opiniones, separadas de la entrada de los padres y más allá de las reacciones infantiles.

Todos nos esforzamos por conseguir un estado adulto sano, que puede tener aportaciones paternas y sentimientos infantiles que podemos discernir como sanos, y no opresivos o restrictivos. Es cierto que algunas cosas que nos transmiten nuestros padres son cosas que apreciamos por nosotros mismos. También es cierto que algunas emociones infantiles de entusiasmo y alegría nos ayudan más adelante en la vida.

Lo que el libro de Harris nos ayuda a comprender es que nuestras vidas se componen de transacciones constantes, y que algunas de esas transacciones están bien y otras no. Queremos desarrollar pautas saludables de transacciones OK e identificar y romper pautas insanas de transacciones «no OK». Probablemente, lo que ha ayudado a vender tantos ejemplares del libro son los claros ejemplos que Harris proporciona y que siguen siendo válidos cuando revisamos nuestras propias vidas hoy en día.

Si no te sientes bien, o conoces a alguien que no se siente bien, este libro puede ser muy beneficioso. La vida es una lucha, y lo es doblemente en tiempos de crisis, como los que estamos viviendo a causa de la pandemia. Merece la pena explorar cualquier recurso que pueda ayudarnos a salir del «no estoy bien».

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Muy recomendable

Recomiendo este libro. Fue muy útil durante un periodo difícil de mi vida. Lo que me resultó especialmente útil es lo mucho que me ayudó a volver atrás y reevaluar mi infancia y discernir los mensajes, tanto directos como indirectos, de mis padres que me sirvieron y los que no. Parte de ser adulto consiste en saber cuándo ver un mensaje paterno o un sentimiento infantil como algo que no está bien y que seguimos intentando que esté bien, formando así una fuente de frustración que nunca resolveremos hasta que hagamos un importante trabajo de liberación.